VIDA MODERNA
Seis cosas que los hijos nunca olvidarán de sus padres
Los niños recuerdan sobre todo las cosas impactantes, que pueden ser positivas o negativas. De estas experiencias dependerán cómo será su vida más adelante.
La infancia es una época que influye directamente sobre el resto de la vida. Por lo general, los niños mantienen consigo las cosas que les resultaron impactantes, aunque este tipo de cosas pueden variar debido a su personalidad, sí existen ciertos elementos que pueden marcar lo que viene para ellos más adelante.
Tanto las experiencias buenas como malas hacen que los hijos desarrollen el control sobre sus emociones. Semana.com habló con la sicóloga infantil Gloria Isaza y estableció seis cosas que los hijos tendrán siempre presente de lo que vivieron con sus papás.
1. La ausencia
Para los niños es importante que sus padres estén con ellos en momentos importantes, fechas especiales o grandes logros. Cuando los niños no sienten la compañía de sus padres pueden guardar esas ocasiones como recuerdos negativos. La ausencia también se manifiesta cuando los niños no se sienten entendidos o cuando requieren un apoyo en circunstancias difíciles que pasa desapercibido. Esto, por lo general, sucede cuando los papás piensan que su comportamiento y sus reacciones son exagerados pues en el mundo adulto muchos de sus problemas se ven insignificantes. Pero resulta que no lo son.
2. El Maltrato
No solo son los golpes, sino también el maltrato sicológico. Cuando un padre le pega a su hijo, y peor aún si es por una razón injusta, el niño puede desarrollar traumas que lo aquejen durante toda su vida. Algunos defienden la idea de que no está mal pegarles a los niños, sin embargo, el adulto demuestra mayor autoridad cuando lo reprende con argumentos y no utiliza la fuerza. Pero no solo ese escenario es negativo. A los niños les hace mucho daño cuando los padres no propician un ambiente seguro en el hogar: las constantes peleas o insultos entre la pareja, también generan impactos duraderos que inciden en la forma cómo ellos tratan sus relaciones de adultos.
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3. Desvalorizarlos
No apreciar lo que los hijos hacen genera que el niño se sienta predispuesto frente a otras personas. Si sus padres no valoran las cosas que ellos logran, es muy probable que los pequeños piensen que entonces ninguna otra persona lo va a hacer. Por eso, es importante estimar y reconocer el trabajo de los hijos, ya que este apoyo les dará confianza en sí mismos.
4. Rituales familiares
No solo marca a los niños lo negativo. Los momentos felices de la infancia suelen perdurar en los recuerdos y darles herramientas para manejar la vida por muchos años. Todas las familias tienen rituales: cenar en un lugar especial, disfrutar la navidad a su manera o viajar a determinados lugares. Ningún niño olvida esto. Estos rituales serán fundamentales en el futuro cuando se tengan que enfrentar a momentos de dificultad.
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5. Las cosas que rompen la rutina
Recordar momentos graciosos y cosas inesperadas son factores fuertes que permanecen en la memoria de los niños. Los padres pueden sacar provecho de la rutina para romperla: invitarlos a un evento cultural, contar chistes familiares o hacerlos sentir una experiencia nueva son incentivos para que los niños mantengan una buena imagen de esos años.
6. Apoyo en la dificultad
Todas las personas enfrentan problemas, pero siempre es mejor cuando se superan con el apoyo de los seres más cercanos. Los niños se van a sentir motivados a superar las dificultades si sus padres los inspiran a creer en ellos. Cuando tienen problemas académicos o dificultades para relacionarse con los demás niños hay que hacerles sentir compañía y seguridad para que puedan tener confianza y eso se verá reflejado en su personalidad cuando sean mayores.