Diabetes
Diabetes | Foto: Getty Images

SALUD

Seis señales que indican un nivel elevado de azúcar en el organismo

Sin ser diabético el azúcar se puede elevar como consecuencia de infecciones, ciertos medicamentos, desbalances hormonales o enfermedades graves.

4 de abril de 2022

Los niveles elevados de azúcar en la sangre o hiperglucemia se presentan cuando el cuerpo de una persona no produce o utiliza adecuadamente la hormona de la insulina, la cual ayuda al organismo a convertir la glucosa de los alimentos en energía.

La Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos indica que las personas con diabetes pueden sufrir de hiperglucemia si no consumen los alimentos apropiados o no toman los medicamentos de la manera indicada. Sin embargo, sin ser diabético, el azúcar también se puede elevar como consecuencia de infecciones, ciertos medicamentos, desbalances hormonales o enfermedades graves.

El portal Cinfasalud explica que la glucosa puede elevarse, por ejemplo cuando se presenta una neumonía o una infección urinaria, cuando hay dolencias crónicas como el síndrome de ovarios poliquísticos y el síndrome de Cushing, o el cáncer de páncreas.

Igualmente, puede subir por el padecimiento de una lesión por traumatismo, quemadura o cirugía y también por la ingesta de medicinas no relacionadas con el control de la diabetes como los esteroides o los diuréticos.

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Estas son las señales que indican que el azúcar puede estar demasiado alto sin que la persona sea diabética.

Orina constante

Cuando la glucosa se eleva, la micción del cuerpo se hace permanente. De acuerdo con los expertos, a medida que se va acumulando el azúcar en el torrente sanguíneo, los riñones se saturan, filtrando el exceso que el cuerpo no está utilizando para obtener energía. La glucosa que sobra se expulsa a través de la orina, por lo que es natural que la persona sienta ganas de orinar todo el tiempo.

Se nubla la visión

Otro signo de hiperglucemia es la visión borrosa, ya que el alto nivel de glucosa puede hacer que la lente del ojo se hinche dificultando el enfoque. Si no se trata, puede llevar a la pérdida de visión, según información del instituto de investigaciones clínicas Mayo Clinic.

Sed permanente

El hecho de estar orinando constantemente también puede aumentar la sed. Un artículo publicado en el medio digital Business Insider indica que cuando la persona orina con frecuencia, el líquido que proviene de los tejidos también se expulsa junto a la glucosa, lo que hace que el cuerpo se deshidrate rápidamente y por ello se presenta más sed de lo normal.

Estar siempre cansado

Cuando los niveles de glucosa están elevados, el cuerpo se puede sentir lento y fatigado de manera permanente. Según el medio especializado Medical News Today, esto se debe a que las células del cuerpo no saben cómo usar la glucosa de manera adecuada para generar energía para el desarrollo de las actividades y para la función propia de cada órgano.

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Dolor de cabeza crónico

El azúcar puede afectar a las hormonas implicadas en la función cerebral, por lo que una persona que la padece puede experimentar dolores de cabeza con frecuencia, explica Business Insider. “Concretamente, la epinefrina y la norepinefrina hacen que los vasos sanguíneos del cerebro se expandan y contraigan. El alto nivel de azúcar en la sangre afecta al flujo normal de esta y puede hacer que la cabeza duela hasta que los niveles se estabilicen”, precisa.

Dificultad para sanar las heridas

Un alto nivel de azúcar en la sangre también puede hacer que el flujo sanguíneo disminuya, lo que a su vez afecta a la capacidad del cuerpo para curarse a sí mismo. Esto genera que cuando se presenta una herida, especialmente en los pies, puede tardar más en curarse. También es posible que la persona se vuelva más propensa a presentar cistitis o infecciones por hongos debido a la lentitud del flujo sanguíneo.

Es importante indicar que el rango normal del azúcar suele estar entre 70 miligramos de azúcar por decilitro de sangre (mg/dl) y 130 mg/dl antes de las comidas, y menos de 180 mg/dl una o dos horas después de una comida.

Sin embargo, este rango puede variar dependiendo de cada persona y de sus condiciones de salud, por lo que lo mejor es consultar al médico en caso de que alguno o varios de estos síntomas se presenten.