Vida moderna
Señales que indican que el cuerpo necesita hidratarse, aunque no se tenga sed
Los adultos mayores y las personas con enfermedades como diabetes tienen un mayor riesgo de deshidratarse.
Aunque la deshidratación es una afección que puede sufrir cualquier persona, en algunos casos llega a ser grave en adultos mayores y niños. Esta ocurre cuando se usan o se pierden más líquidos de los que se ingieren y el cuerpo no tienen lo necesario para funcionar correctamente.
Medline Plus, sitio web de la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos, menciona las señales que indican que el cuerpo necesita hidratación, aunque la persona no tenga sed.
- Boca seca o pegajosa.
- No orinar mucho.
- Orina amarilla oscura.
- Piel seca y fría.
- Dolor de cabeza.
- Calambres musculares.
Deshidratación grave
- No orinar u orina amarilla muy oscura o de color ámbar.
- Piel seca y arrugada.
- Irritabilidad o confusión.
- Mareos o aturdimiento.
- Latidos cardíacos rápidos.
- Respiración rápida.
- Ojos hundidos.
- Apatía.
- Shock (flujo sanguíneo insuficiente a través del cuerpo).
- Inconsciencia o delirio.
¿Qué hacer en caso de deshidratación?
La biblioteca explica que se pueden tomar sorbos de agua o chupar cubos de hielo. Es importante tener en cuenta que no se deben tomar pastillas de sales minerales, ya que pueden provocar complicaciones graves. Si la deshidratación es grave, se debe acudir inmediatamente a un centro médico para recibir la atención adecuada y recibir líquidos por vía intravenosa.
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A continuación, algunos casos en los que es necesario llamar a emergencias:
- La persona pierde la conciencia en cualquier momento.
- La persona tienen confusión o convulsiones.
- El individuo tiene fiebre alta a más de 102°F (38.8°C).
- Presenta síntomas de insolación, como tener el puso o respiración acelerada.
Beneficios del agua para la salud cardíaca
Los beneficios del agua para la salud del organismo son diversos. Uno de ellos es los efectos positivos que tiene en el corazón. De acuerdo con el Ministerio de Salud de Colombia, este líquido contribuye al buen funcionamiento del corazón, ya que “ayuda a regular la presión arterial y la circulación sanguínea”.
El Ministerio destaca un estudio realizado por la Universidad de Loma Linda (California) en el cual hubo 20.000 personas sanas. Los resultados de la investigación mostraron que los participantes que tomaban cinco vasos de agua diariamente presentaron un menor índice de problemas cardiovasculares, en comparación con las personas que solo tomaban dos vasos.
El agua es importante para la salud cardiovascular del ser humano. Así lo explica la Fundación Española del Corazón: “Si bebemos menos agua de la que nuestro organismo necesita pueden comenzar a fallar algunas funciones del organismo y que se vea comprometida nuestra salud cardiovascular. Ocurre por ejemplo cuando la deshidratación lleva a una mala función renal y esta provoca la aparición de arritmias”.
Hiponatremia, exceso de agua en el organismo
La hiponatremia, además de ser causada por beber demasiada agua, también puede ser el resultado de una enfermedad subyacente. El exceso de agua provoca que el sodio se diluya en el cuerpo. “Cuando esto sucede, los niveles de agua de tu cuerpo aumentan y las células comienzan a hincharse. Esta hinchazón puede provocar muchos problemas de salud, desde problemas leves hasta problemas que ponen en riesgo la vida”, apunta Mayo Clinic.
Uno de los errores comunes de las personas es beber pequeños sorbos de agua a cada rato, sin regular la cantidad de líquido que se ingiere. Cabe resaltar que dentro del agua que se consume a diario también está la que es obtenida de las frutas y verduras, de las infusiones, sopas y otras bebidas.
“Beber ocho vasos de agua al día” es una de los consejos que más es escuchado. Frente a esto, Mayo Clinic aclara que “la mayoría de las personas sanas logran mantenerse hidratadas si beben agua u otros líquidos cada vez que tienen sed. Algunas personas necesitan menos de ocho vasos diarios y otras, en cambio, más de esa cantidad”.
Síntomas
- Náuseas y vómitos.
- Dolor de cabeza.
- Desorientación.
- Pérdida de energía, somnolencia y cansancio.
- Agitación e irritabilidad.
- Debilidad, espasmos o calambres musculares.
- Convulsiones.
- Coma.