SALUD
Serotonina: signos que alertan niveles bajos de la hormona de la felicidad
Esta hormona se encarga de regular el apetito y controlar la actividad motora, la percepción y la función cognitiva.
La serotonina es una sustancia química producida por las células nerviosas, la cual actúa como neurotransmisor y su función principal es modular la actividad neuronal y una amplia variedad de procesos neuropsicológicos. Está muy relacionada con el control de las emociones y el estado de ánimo de las personas.
Sin embargo, cumple con otras funciones que son muy importantes para el organismo, como regular el apetito, controlar la temperatura corporal, regular el apetito sexual, controlar la actividad motora, la percepción y la función cognitiva; vigilar la secreción de algunas hormonas, como es el caso de la melatonina, una proteína entre cuyas muchas funciones está la de ajustar los ritmos circadianos y el sueño, según precisa la compañía de salud Sanitas.
También desempeña un papel importante en la formación y el mantenimiento de la estructura ósea, tiene que ver con en el funcionamiento del sistema vascular e induce la división celular.
Por esta razón, tener un bajo nivel de serotonina en el cuerpo se traduce en molestias que van desde alteraciones en el estado de ánimo hasta síntomas digestivos y cardíacos, como lo detalla una publicación en National Center for Biotechnology Information.
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Cuando sus niveles disminuyen, el organismo experimenta cambios que se manifiestan con malestares físicos y emocionales. Así, la tristeza, la irritabilidad, la falta de concentración, los trastornos del sueño, entre otros, pueden indicar que sus niveles están bajos. El portal La Mente es Maravillosa indica que de los aproximadamente 40 millones de células cerebrales, la mayoría son influenciadas directa o indirectamente por la serotonina.
Estos son algunos de los signos más importantes que indican que los niveles de esta hormona están bajos:
1. Deseo de comer dulces y carbohidratos: los carbohidratos, especialmente los alimentos dulces y almidonados, impactan indirectamente en los niveles de serotonina. Por eso es habitual que quienes tienen baja esta hormona sientan ansiedad por consumirlos, pues aumentan temporalmente los niveles de este neurotransmisor y hacen que la persona se sienta mejor.
2. Ansiedad: los expertos indican que a través de la observación de imágenes del cerebro se ha demostrado que las personas que sufren de ansiedad liberan una cantidad menor de esta sustancia química en las áreas del cerebro responsables de los impulsos y del control emocional. No obstante, esta no es la única razón por la cual un individuo puede presentar trastornos de ansiedad.
3, Problemas digestivos: el 95 % de esta hormona se produce dentro del intestino, por lo que su déficit afecta directamente los procesos gastrointestinales, al punto de desarrollar un síndrome de colon irritable. Sin embargo, al aumentar los niveles de dicha hormona, es posible controlar esta condición, precisa el portal Mejor con Salud.
4. Inconvenientes cognitivos: la serotonina es clave en la función cognitiva normal. La investigación ha demostrado que los niveles adecuados de este neurotransmisor mejoran la capacidad cognitiva y pueden ayudar a compensar el funcionamiento cognitivo limitado. Las personas con niveles bajos de serotonina son más propensas a tener problemas con la consolidación de la memoria.
5. Fatiga o agotamiento: cuando la serotonina no está en los niveles indicados se baja la energía. Algunas personas pueden experimentar fatiga crónica. No obstante, es importante tener claro que sentirse agotado puede ser el resultado de muchas condiciones diferentes, aunque no hay que descartar un problema en la liberación de este neurotransmisor.
6. Cambios en el deseo sexual: entre las muchas propiedades de la serotonina se encuentra el efecto sobre la libido. Sus bajos niveles están directamente relacionados con un mayor deseo de tener relaciones sexuales, pero también con una disminución de la capacidad de conectar emocionalmente con el otro.
¿Cómo aumentarla?
Para aumentar los niveles de serotonina solo se requiere de algunos cambios en los hábitos diarios. Por ejemplo, una de las mejores formas de hacerlo es practicando deporte. No hace falta hacerlo a gran intensidad, sino que bastan 30 o 45 minutos diarios de ejercicio medio-alto, como salir a caminar a buen ritmo, para empezar a sentir los beneficios del deporte en la salud física y mental.
Alimentarse bien es otra manera de lograr este propósito y consumir alimentos ricos en triptófano, que es el aminoácido que ayuda a generar esta hormona, es clave. En esa lista están el chocolate negro, vino tinto, piña, tomates, carnes bajas en grasa, cereales integrales, carnes bajas en grasas y la leche y sus derivados.
Descansar bien también ayuda. La serotonina se repone durante las horas de sueño por lo que un mal descanso o la falta de horas de sueño van a repercutir negativamente en los niveles de este neurotransmisor. Otros consejos son tomar el sol, reducir el estrés y no consumir estimulantes.