SALUD
Los verdaderos números del sexo
Un experto afirma que la mayoría de las estadísticas sobre la conducta sexual humana están erradas, pues casi todas las personas mienten acerca de su vida íntima.
Pocos asuntos causan mayor curiosidad en las personas que el sexo. Pero hasta ahora el tema ha sido escurridizo para los científicos, principalmente porque nadie está dispuesto a revelar detalles de su intimidad.
Un libro reciente titulado Sex by Numbers (Sexo en cifras), del estadista británico Sir David Spiegelhalter, analiza buena parte de los trabajos sobre los cuales se basan los sexólogos para hablar de este comportamiento. Su conclusión es que la mayoría de datos que se manejan a diario son errados.
Spiegelhalter hizo una escala de 0 a 5 para clasificar estos trabajos. Informes que han marcado un hito y todavía son citados, como el de Alfred Kinsey en los años cincuenta, apenas logró un 2 por ser “poco confiable”, y el de Shere Hite, que generó una revolución en los setenta, apenas obtuvo un 1.
El autor explica que la mayoría de las encuestas carecen de una metodología sólida y sus muestras son muy pequeñas para sacar conclusiones. “Las cifras se basan en lo que algunos se atreven a responder y en hacer deducciones, pero los resultados suelen ser muy sesgados”, señaló el experto, profesor de la Universidad de Cambridge. Incluso afirma que las encuestas modernas basadas en datos tomados de internet tampoco son correctas.
Entre los obstáculos para obtener información fidedigna está la manera como cada quien entiende el sexo. Por ejemplo, en el escándalo sexual de Bill Clinton con Mónica Lewinsky, el expresidente de Estados Unidos se defendió de las acusaciones al señalar que para él, el sexo no incluía la felación.
Spiegelhalter afirma que otra dificultad es lograr que la gente le diga la verdad a un encuestador. Los hombres suelen aumentar el número de mujeres con las que han tenido relaciones, mientras que ellas tienden a pasar como mojigatas. “Ellos, para demostrar su virilidad, mientras que las mujeres lo ocultan por temor a no encajar en las normas sociales establecidas”, afirma el autor.
En la Encuesta de Salud Nacional del Reino Unido, publicada en 2010, el promedio de parejas con las que se habían acostado los hombres era 14 mientras que las de las mujeres eran siete. “Esto es matemáticamente imposible”, dijo Spiegelhalter a Semana.com.
Datos que han hecho carrera, como que los hombres piensan en el acto sexual cada siete segundos, son falsos y carecen de base científica. Asimismo, no hay posibilidades reales de que un hombre dure 15 minutos en eyacular después de empezar el coito como pregonan muchos, y la cifra más acercada a la realidad sería de 9 minutos en promedio.
Se da por hecho que el 10 por ciento de la población es homosexual, pero señala que un cálculo más aterrizado es el 2 por ciento. También se dice que el sexo sirve para adelgazar, pero lo más acertado sería decir que la quema de calorías en cada encuentro es de apenas 85.
Alrededor de tres cuartos de los hombres de entre 25 y 35 años se masturban con frecuencia pese a que viven con su pareja. El 80 por ciento de las personas de este mismo rango de edad ha dado o recibido sexo oral y el 99,9 por ciento de las relaciones sexuales no tienen fines reproductivos.
Entre los estudios más serios hechos recientemente se ven dos tendencias claras: ha aumentado tolerancia de la sociedad hacia las relaciones homosexuales, por lo que estas irían en aumento, y la gente tiene menos sexo que en el pasado.
En 1990 se reportó que el promedio era cinco veces a la semana y hoy esa cifra es de apenas tres. Las estadísticas no dicen por qué pero, según el autor, “es posible que la gente esté mucho más ocupada y distraída por las redes sociales, navegando en internet o viendo ‘Game of Thrones’.