Siete recomendaciones claves para frenar un ataque cardíaco

Con una serie de tres simples actividades, los expertos aseguran que se da un gran paso a la hora de prevenir enfermedades de corte cardiaco, unas de las más fatales a nivel mundial.

A partir de la información de MedlinePlus, hacer referencia a enfermedades cardiovasculares implica hacer mención a complicaciones en las que se pongan en riesgo la salud del corazón y vasos sanguíneos. Esta clase de afectaciones ocurren principalmente cuando la grasa y colesterol se acumulan en las paredes sanguíneas, generando algo llamado placas y estrechando los conductos.

Si bien la causa es la misma, los expertos señalan que hay ocho tipos de enfermedades cardiovasculares, las cuales generan diferentes síntomas y complicaciones.

La primera es la cardiopatía coronaria (CHD). Esta categoría es la más común y se presenta cuando la placa acumulada es excesiva. Cuando se estrechan las arterias, el corazón no puede recibir suficiente sangre y oxígeno; por lo cual las arterias bloqueadas aumentan la probabilidad de padecer un ataque cardiaco.

Otro tipo de enfermedad es la insuficiencia cardiaca, la cual se presenta cuando el miocardio pierde vitalidad y fuerza. Esta parte es la encargada de bombear sangre oxigenada a todo el cuerpo, por lo que impedir que lleve a cabo su función con normalidad implica que el corazón se vea afectado. En consecuencia, la presión arterial y llegada de sangre al organismo se verán comprometidas.

En tercera casilla están las famosas arritmias, las cuales ocurren cuando la frecuencia cardiaca se ve afectada al no estabilizarse con normalidad. Internamente, se presenta que el sistema eléctrico del corazón no funciona con normalidad, por lo que puede palpitar muy rápido o lento en cuestión de poco tiempo.

Por otro lado, una condición relacionada con la salud cardiaca es la enfermedad de válvulas cardiacas. Con respecto a esta complicación, los expertos señalan que ocurre cuando las cuatro válvulas que conectan el corazón no están funcionando en óptimas condiciones. En este caso, la sangre toma direcciones equivocadas y todo el cuerpo entra en emergencia.

Las otras clases de enfermedades cardiacas son: arteriopatía periférica (las arterias de las piernas y pies se hinchan por la acumulación de placa), presión arterial alta o hipertensión, accidente cardiovascular (falta de flujo sanguíneo al cerebro) y cardiopatía congénita (condición de nacimiento que afecta la estructura del corazón).

Bajo ese contexto, el estudio Un estilo de vida saludable podría prevenir enfermedades cardíacas en casi tres de cada cuatro mujeres, realizado por la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Harvard, el Brigham and Women’s Hospital y la Universidad de Indiana y publicado por Journal of the American College of Cardiology revela siete consejos claves a la hora de evitar cualquier complicación de esta índole:

• Comer saludable: todo lo relacionado con alimentos altos en grasa, exceso de sodio, carnes rojas o productos con azúcar deben ser eliminados de la dieta, al igual que embutidos o alimentos altamente procesados.
• Meditar: los altos niveles de estrés provocan un incremento en la tensión arterial. Por lo tanto, aumentan las probabilidades de sufrir una insuficiencia cardiovascular.

• Consumir alimentos antioxidantes: a la par con el primer punto, los productos con características antioxidantes son beneficios para la situación cardiovascular. Estos compuestos son excelentes a la hora de impulsar tus niveles de energía, neutralizan los efectos de los radicales libres en nuestro cuerpo y ayudan a la prevención del conocimiento.
• Tomar prebióticos: ingerir cantidades suplementarias de estos microorganismos ayuda a mejorar la digestión y fortalecer el sistema inmune.
• Comer cantidades moderadas de picante: puede que parezcan negativos, pero en verdad es todo lo contrario. El consumo de capsaicina, químico encargado de generar picor en la boca, ayuda a evitar el riesgo de padecer complicaciones relacionadas con el corazón.
• Controlar la ansiedad, depresión y conservar hasta el máximo la energía positiva: la ciencia ha demostrado que la ansiedad y la depresión no son factores principales para el desarrollo de enfermedades cardíacas, pero pueden originar episodios, como los ataque de pánico, que a larga pueden derivar en un infarto.
• Actividad física: finalmente, pero no menos importante, evitar el sedentarismo es otra recomendación para conservar la vitalidad de la salud cardiovascular.