SALUD

Siete síntomas que indican que se tienen parásitos intestinales

Normalmente las infecciones por parásitos intestinales se dan al ingerir agua contaminada o al consumir alimentos que contienen bacterias.

3 de enero de 2023
Parásitos
Los parásitos intestinales son más frecuentes en niños. | Foto: Getty Images/iStockphoto

Los parásitos son organismos que obtienen nutrientes alimentándose de otros. Pueden vivir en el aparato digestivo y causar enfermedades. Es un padecimiento que afecta a decenas de millones de personas en todo el mundo, según la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos.

Normalmente, las infecciones por parásitos intestinales se dan al ingerir agua contaminada o al consumir alimentos que contienen bacterias. En el caso de los niños, el riesgo es mayor, pues es posible que se infecten con algún parásito al tocar una superficie infectada y llevarse los dedos a la boca.

De acuerdo con los expertos, la mayoría de las infecciones parasitarias desaparecen solas o son fáciles de tratar. Sin embargo, en las personas con sistemas inmunitarios débiles, es posible que una infección parasitaria cause complicaciones graves.

Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC), indican que las infecciones parasitarias tienen la posibilidad de generar diversas enfermedades y en los climas de trópico o templados, las personas son más susceptibles. Según la citada fuente, de todas las enfermedades parasitarias, la malaria es la que produce más muertes en el mundo.

Parásitos intestinales
Los parásitos intestinales pueden generarse por el consumo de agua contaminada. | Foto: Getty Images/iStockphoto

La Biblioteca de Medicina indica que las principales señales de que se tienen parásitos son las siguientes:

  • Diarrea que dura más de unos pocos días
  • Dolor abdominal
  • Sangre o moco en las heces
  • Náuseas y vómitos
  • Gases
  • Fiebre
  • Pérdida de peso
  • Edad: los bebés y los adultos mayores tienen sistemas inmunológicos más débiles. Esto hace que las infecciones sean más peligrosas.
  • Enfermedad: algunas enfermedades, como el VIH, el sida o el cáncer, pueden debilitar el sistema inmune.
  • Ciertos medicamentos: algunas enfermedades que se tratan con medicamentos afectan el sistema inmunitario. Esto hace que las infecciones parasitarias sean más riesgosas.
  • Empeoramiento de los síntomas: si los síntomas no mejoran con el tiempo, es posible que el paciente requiera de medicamentos u otro tratamiento específico para hacerle frente a los parásitos.

Tipos de parásitos

Los tipos más comunes de parásitos en el organismo son, según información de la compañía de salud Sanitas, de España, los oxiuros, áscaris y giardia lambia. Los primeros son los más frecuentes y afectan habitualmente a niños, que pueden contagiarlos a personas adultas.

Se trata de unos pequeños gusanos de un tamaño aproximado de un centímetro, cuya hembra deposita los huevos durante la noche en la zona perianal, diseminándose posteriormente por las sábanas, la ropa interior y, a través de las manos del niño, por todo lo que este toca.

Y, por último, están los giardia lambia, que el hombre tiene como reservorio natural, viven en el intestino y son frecuentes en niños que acuden a guarderías y colegios en una franja de edad de entre dos y seis años, pues se transmiten de persona a persona.

Parásitos intestinales
Los parásitos intestinales pueden generar síntomas como diarrea, estreñimiento y cambio de color en las heces. | Foto: Getty Images/iStockphoto

¿Cómo prevenirlos?

El portal Cinfasalud, de España, brinda algunas recomendaciones para prevenir el desarrollo de parásitos intestinales, controlar la propagación de los huevos y prevenir la transmisión de la infección:

  • 4. Utilizar pijamas cerradas. Esta es una alternativa especialmente para los niños con el fin de evitar, que si se rascan, los huevos entren en contacto con sus manos.
  • 5. Desinfectar la ropa. Lavar a temperaturas superiores a 55º y aplicar desinfectantes. Tanto la ropa de cama, como el pijama, la ropa interior o toallas que hayan estado en contacto con el paciente, deben ser lavadas con frecuencia y a temperaturas elevadas.
  • 6. Limpiar las frutas y verduras. Con ello se previene el riesgo de infección a través de este tipo de productos frescos que puedan haberse contaminado con aguas residuales.