Vida moderna
Sin necesidad de dieta, las estrategias que sirven para bajar de peso rápidamente
Se debe recibir asesoría médica antes de iniciar un proceso de pérdida peso.
Mantener un peso saludable, teniendo en cuenta el sexo, la edad y las características específicas de cada individuo, es fundamental para evitar riesgos y complicaciones en la salud. Para cumplir este objetivo es necesario tener un estilo de vida que, diariamente, contribuya al bienestar de la persona.
“Bajar de peso en forma saludable no se trata solamente de seguir una dieta o programa. Se trata de un estilo de vida que incluye una alimentación saludable y actividad física regular”, explican los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC).
Las dietas extremas (sin supervisión médica además) y los productos milagrosos son algunos de las opciones a las que recurren las personas para bajar de peso. Es importante que antes de iniciar este proceso se consulte a un médico y nutricionista para conocer la cantidad de kilos que se deberían perder.
Cabe resaltar que para bajar de peso es fundamental realizar dos acciones: comer saludable y hacer actividad física. “Comer demasiado o no hacer suficiente actividad física le hará subir de peso. Para mantener su peso, las calorías que ingiere deben equivaler a la energía que consuma. Para bajar de peso, deberá ingerir menos calorías que aquellas que consume”, explica Medline Plus, sitio web de la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos.
Seguir un plan de alimentación saludable
Cambiar los hábitos alimenticios es una de las herramientas clave para obtener buenos resultados en el proceso de pérdida de peso. Además, mantener el peso y no volverlo a ganar también es una tarea complicada.
Según explican los expertos de los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos, se debe seguir un plan de alimentación saludable para evitar la obesidad y el sobrepeso. Este se caracteriza por tener:
- Una variedad de verduras, frutas y granos integrales, como arroz integral, avena y pan integral.
- Productos lácteos sin grasa o con bajo contenido de grasa, como leche, yogur y queso, y productos similares, como las bebidas de soya.
- Una variedad de alimentos con proteínas, incluso mariscos, carnes y aves con poca grasa, huevos, legumbres (frijoles y guisantes), nueces, semillas y productos de soya.
- Aceites, como los aceites de oliva y canola, y los encontrados en las nueces, aceitunas y aguacates.
Asimismo, incluye:
- Consumir menos alimentos y bebidas que contienen refinados, azúcares añadidos y sal (sodio)
- Regular el tamaño de las porciones.
- Limitar el consumo de alimentos con grasas saturadas y grasas trans (postres y comidas fritas).
Ejercitarse regularmente
Según explica la Organización Mundial de la Salud la actividad física es un elemento importante para el bienestar del cuerpo humano, pues contribuye a la prevención y tratamiento de enfermedades no transmisibles como las cardiovasculares, diabetes tipo 2 y algunos tipos de cáncer. Agrega que “también es beneficiosa para la salud mental, ya que previene el deterioro cognitivo y los síntomas de la depresión y la ansiedad; además, puede ayudar a mantener un peso saludable y contribuye al bienestar general”.
Dentro de sus múltiples beneficios, ejercitarse contribuye a bajar de peso. El ejercicio físico es una de las claves para lograr buenos resultados. No es necesario acudir a un centro deportivo o un gimnasio, pues se puede realizar actividad física en diferentes espacios. Caminar, correr y manejar bicicleta son una de las diversas opciones.
Los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos recomiendan consultar con un profesional antes de empezar a ejercitarse. “Las personas con discapacidades físicas también pueden realizar ciertas actividades, como ejercicios aeróbicos o baloncesto desde la silla de ruedas. Se debe consultar con el médico sobre los tipos de actividad física que podrían funcionar bien con las habilidades específicas de cada persona”, detallan.
Esto lo deben hacer, especialmente, las personas que tienen enfermedades o una condición de salud específica. Lo ideal es adaptar la actividad física a las necesidades de cada persona y que esté relacionada con sus intereses, para disfrutar el ejercicio y no verlo como un enemigo.