Se dice que es un tipo de cáncer silencioso porque hasta el momento no se conocen las causas de su origen y puede aparecer en cualquier momento de la vida. | Foto: Definición ABC

SALUD

Linfoma, el cáncer desconocido

Este 15 de septiembre se celebra el Día Mundial del Linfoma, un tipo de cáncer difícil de diagnosticar porque sus síntomas no son habituales.

14 de septiembre de 2016

Generalmente, los diagnosticados con cáncer linfático no comprenden específicamente dónde es que tienen la enfermedad. Básicamente, el linfoma ataca a los linfocitos, que son esas células del sistema inmunitario que defienden al cuerpo de materiales extraños. Como circulan por todo el organismo, los linfomas pueden aparecer en cualquier parte del cuerpo, aunque es más usual detectarlos en los ganglios linfáticos que se encuentran comúnmente  en la zona de las axilas, la ingle, el cuello y el abdomen.

Se dice que es un tipo de cáncer silencioso porque hasta el momento no se conocen las causas de su origen y puede aparecer en cualquier momento de la vida.

Es difícil diagnosticar esta enfermedad a tiempo porque como explica Yolima Méndez, presidenta de la Fundación Colombiana de Leucemia y Linfona, “Si se presentan algunos síntomas, no se sospecha que se trate de un cáncer, pues son tan inespecíficos como pérdida de peso, fiebre sin causa aparente, fatiga, cansancio”.

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Precisamente ahí se encuentra la gran dificultad de las enfermedad y es que tanto las personas, como los médicos, suelen asociar estos síntomas con virosis o con otras enfermedades, pero no con un cáncer.

Sin embargo, existe un síntoma muy específico que puede ayudar a encender las alarmas. Se trata de la aparición de un bulto en los ganglios linfáticos. El problema, es que cuando esto ocurre, quiere decir que los linfocitos ya están fuera de control y empiezan a crecer como tumores. “El linfoma no se puede prevenir porque no existe una prueba de tamizaje, ni está relacionado con hábitos de vida y por eso es importante prestar atención a las campañas de prevención”, asegura Méndez.

El tratamiento para este cáncer es variable y depende del tipo de linfoma que puede presentarse en dos tipos: el linfoma de Hodgkin, que está en un tipo de célula llamada Reed-Sternberg y el linfoma no Hodgking, presente en el resto de las células del sistema linfático; por eso es el más frecuente en los adultos.

Cada día se conoce más sobre este tipo de cáncer y cómo tratarlo. “En general, los tratamientos incluyen protocolos de quimioterapia. En algunas ocasiones de radioterapia, en casos específicos está el trasplante de médula ósea y lo más novedoso que es la inmunoterapia”, explica Méndez. Estas terapias dirigidas detectan y atacan directamente el origen de la enfermedad, siendo una opción menos tóxica y que está dando muy buenos resultados.

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Dependiendo de algunas consideraciones como el tipo de linfoma, la edad del paciente, el estadío del tumor y la respuesta del tratamiento, esta enfermedad se puede curar. “El linfoma de Hodgking, que es común en personas jóvenes, es de muy buen pronóstico donde la mayoría se puede curar”, dice Méndez y agrega “En no Hodking, son enfermedades más crónicas que muchas veces no se puede curar, pero se puede controlar con muy buenos tratamientos que están llegando al país”.

Cada año mueren unas 200.000 personas por esta causa. La Fundación Colombiana de Leucemia y Linfoma está adelantando la campaña “Lo que corre por mis venas”, que tiene el objetivo de aumentar el conocimiento de los tipos de cáncer de la sangre y sensibilizar a los futuros médicos en torno a estos diagnósticos.