SALUD
Té de cáscara de naranja: cómo consumirlo para bajar de peso y mejorar la digestión
Los especialistas recalcan que el truco para bajar de peso no está en comer poco, sino en comer bien.
La División de Nutrición, Actividad Física, y Obesidad del Centro Nacional para la Prevención de Enfermedades Crónicas y Promoción de la Salud explica que la alimentación puede jugar un papel clave en el propósito de bajar de peso y conseguir una vida saludable.
Indica que un plan de alimentación que ayuda a controlar el peso incluye una diversidad de alimentos saludables. “Agregar una variedad de colores a su plato es como si estuviera comiendo un arcoíris. Las verduras de hoja verde oscura, las naranjas y los tomates -incluso las hierbas frescas- están llenos de vitaminas, fibra y minerales. Agregar pimientos, brócoli o cebollas congelados a guisos y tortillas aumenta el color y los nutrientes”, afirman desde la División.
Los especialistas recalcan que el truco para bajar de peso no está en comer poco sino en comer bien. “Es un error enfocar la alimentación únicamente a perder peso, ya que eso suele conllevar a carencias nutricionales restringiendo más de lo debido la alimentación en cantidad o en calidad”, advierte Marta Rey, especialista en Salud del Instituto Médico Europeo de la Obesidad (IMEO), un centro que se especializa en la obesidad y el sobrepeso.
Atendiendo a lo anterior, Rey subraya que los alimentos que se consumen para bajar de peso a la vez deben ser pensados para proveerle nutrientes al organismo y que este goce de buena salud, razón por la cual hay distintos alimentos que han sido “escogidos para introducirlos en los menús de forma habitual” como un complemento de la dieta, como es el caso de la naranja.
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Se trata de un cítrico que es ampliamente reconocido por su contenido de vitamina C, un antioxidante que ayuda a combatir los radicales libres que se producen en el organismo.
Mónica Carreira, diplomada en Nutrición Humana y Dietética, master en Nutrición Pediátrica y Nutrición Deportiva y nutricionista consultora de Advance Medical, explica que la vitamina C también “es necesaria para el crecimiento y reparación de tejidos, formando proteínas que componen la piel, tendones, ligamentos, entre otros. Ayuda en la cicatrización de las heridas y participa en la absorción del hierro”.
Asimismo, la naranja se destaca por ser una fuente de flavonoides, ácido fólico, minerales como el potasio y magnesio y fibra soluble e insoluble.
El primer tipo de fibra “capta el agua, formando una sustancia voluminosa tipo gel que ayuda en la digestión, que suaviza y ayuda a eliminar las heces”, indica Carreira.
Entre tanto, la fibra insoluble le da volumen a las heces y ayuda a que los alimentos atraviesen más rápido por el aparato digestivo. Carreira añade que la fibra se encuentra principalmente en la parte blanca entre la pulpa y la corteza, “por lo que su consumo favorece el tránsito intestinal”. En consecuencia, al favorecer la digestión, la naranja puede contribuir en la pérdida de peso.
Por su parte, Rey destaca que la naranja ayuda a reducir los niveles de colesterol y contiene flavonoides que “ayudan a reducir la concentración de grasa en la sangre”. Cada 100 gramos de naranja aportan 47 calorías al organismo.
Preparar el té de cáscara de naranja es muy sencillo; solo se necesitan seis cáscaras de naranja y dos litros de agua. El primer paso es lavar muy bien las cáscaras, propendiendo porque conserven la parte blanca de su interior, la cual es conocida como albedo. Luego, se deben verter las cáscaras en el agua, para ponerlas a hervir a fuego medio y cuando el agua llegue al punto de ebullición, retirarla del fogón.
Esta bebida se deja reposar durante 30 minutos para colarla después.
Este té recomiendan beber en ayunas durante un mes, suspender su ingesta durante una semana y retomar para observar sus beneficios en la mejora de la digestión y, por en de, en las dimensiones del abdomen.