Vida Moderna
Té de piña para perder peso y regular el azúcar: así se prepara
La piña contiene vitaminas A, B1 y ácido fólico, entre otras.
Alcanzar un peso saludable puede ayudar a controlar el colesterol, la presión arterial y el azúcar en la sangre.
Por ello, el portal Salud180 reveló que una forma de bajar de peso y obtener otros beneficios, como regular el azúcar, es consumiendo té de piña; para prepararlom hay que hervir cuatro tazas de agua con canela y, cuando llegue al punto de ebullición, se agregan unas cáscaras de piña seca con un trozo de jengibre de aproximadamente dos centímetros. Después, se esperan tres minutos y se consume.
De todos modos, antes de consumir algún alimento, lo primero que se debe hacer es consultar al médico tratante o a un nutricionista, para que sea este quien guíe el proceso e indique qué es lo más adecuado para cada persona, pues las anteriores recomendaciones no son las indicadas para todas las personas, ya que la información antes dada de ninguna manera sustituye la asesoría médica.
Adicional, es importante señalar que la bebida debe estar acompañada de una alimentación saludable, que esté sujeta a una rutina de ejercicio, para obtener mejores resultados y, sobre la alimentación, algunas recomendaciones incluyen:
- Tomar agua: El consumo diario de este líquido es diferente para los hombres y para las mujeres, ya que existen diferencias entre la ingesta, pero por lo general la mayoría de los hombres necesita aproximadamente 13 tazas de líquido al día y la mayoría de las mujeres necesita aproximadamente nueve.
- Masticar bien: Es recomendable masticar los alimentos entre 30 y 50 veces por bocado.
- Eliminar el alcohol y los refrescos.
- Reemplazar los granos refinados por cereales integrales.
- Comer cantidades moderadas de grasas saludables, como el aceite de oliva, aceites vegetales, aguacates, nueces, mantequillas de nueces y aceites de frutos secos.
- Reducir el consumo de azúcar tanto como sea posible, excepto el azúcar natural de la fruta.
- Elegir productos lácteos bajos en grasa, carne magra y carne de ave de corral magra en cantidades limitadas.
- Consumir frutas y verduras, al menos 400 gramos al día.
- Comer un puñado de frutos secos en una de las meriendas, como cacahuates, almendras, nueces, pistachos o avellanas.
Respecto al ejercicio, la Organización Mundial de la Salud (OMS) y las nuevas directrices de la organización recomiendan, por lo menos, de 150 a 300 minutos de actividad física aeróbica de intensidad moderada o vigorosa por semana para todos los adultos, incluidas las personas que viven con afecciones crónicas o discapacidad, y un promedio de 60 minutos al día para los niños y adolescentes.
No obstante, las personas se preguntan cuál es la mejor hora para hacer ejercicio y, por tal razón, los expertos aseguran que es una cuestión de preferencia, gusto y horarios. Lo importante es cumplir con los objetivos diarios.
Además, entre las actividades físicas más comunes se destacan: caminar, montar en bicicleta o correr y todas ellas se pueden realizar con cualquier nivel de capacidad y para disfrute de todos.
Por su parte, la Organización señaló que indicó que las personas con un nivel insuficiente de actividad física tienen un riesgo de muerte entre 20 % y 30 % mayor en comparación con las personas que alcanzan un nivel suficiente de actividad física.
Por otro lado, Mayo Clinic, entidad sin ánimo de lucro dedicada a la práctica clínica, la educación y la investigación, reveló que para bajar de peso es importante estar seguro de la decisión, ya que la pérdida de peso a largo plazo requiere tiempo y esfuerzo, y un compromiso.
“Si bien no se quiere posponer la pérdida de peso indefinidamente, hay que asegurarse de que se está preparado para hacer cambios permanentes en los hábitos de alimentación y actividad”, señaló la entidad.
Por ello, sugirió preguntarse lo siguiente, para determinar el nivel de preparación:
- ¿Estoy motivado para bajar de peso?
- ¿Estoy demasiado distraído por otras presiones?
- ¿Utilizo la comida como medio para hacer frente al estrés?
- ¿Estoy listo para aprender o utilizar otras estrategias para hacer frente al estrés?
- ¿Necesito otro tipo de apoyo, ya sea de amigos o profesionales, para manejar el estrés?
- ¿Estoy dispuesto a cambiar mis hábitos de alimentación?
- ¿Estoy dispuesto a cambiar mis hábitos de actividad?
- ¿Tengo el tiempo necesario para hacer estos cambios?