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Té para reducir los niveles de glucosa en la sangre: ¿cómo consumirlo?
Esta bebida podría ser un complemento en los tratamientos para la diabetes, pero no los reemplaza.
Tal como sucede con otras sustancias como el colesterol y los triglicéridos, la glucosa es determinante para el buen funcionamiento del organismo, pero si sus niveles se elevan puede ser signo de diabetes u otros trastornos, precisa el Instituto Nacional del Cáncer de Estados Unidos. A esta afección se le conoce como hiperglucemia.
Normalmente, esto se presenta cuando el cuerpo no produce una cantidad suficiente de insulina o no la usa de manera adecuada. La insulina es una hormona que permite el paso de la glucosa hacia las células para que estas la conviertan en energía, liberando la sangre de esta sustancia, explica Medline Plus, sitio web de la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos.
El azúcar alto se presenta, en muchas ocasiones, porque las personas no llevan una alimentación equilibrada o no toman los medicamentos correctamente. Otros problemas que contribuyen a disparar la glucosa son ciertos medicamentos, desbalances hormonales o enfermedades graves, dicen los expertos.
Una de las opciones para ayudar a controlar el azúcar es la ingesta de productos naturales. Uno de ellos es el té de la planta de insulina. El portal Tua Saúde indica que esta hierba posee algunos compuestos bioactivos como flavonoides, alcaloides, triterpenos y saponinas, que aparentemente mejoran el control de la glucemia por parte de las células beta del páncreas.
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Insulina vegetal
Su nombre científico es Costus Igneus y se dice que es una planta que puede consumirse fresca, en infusión o en polvo, el cual se obtiene dejando secar las hojas y triturándolas luego. Este procedimiento no afecta la efectividad de las propiedades, según una publicación del diario El Universal de México.
Tua Saúde indica que el consumo de las hojas de la planta de insulina ayudaría a disminuir los niveles de glucosa en la sangre, tanto en ayuno como después de las comidas, a la vez que prevendría las complicaciones asociadas con la diabetes, como la insuficiencia renal, hígado graso o la retinopatía diabética.
“Actualmente, se desconoce el mecanismo exacto de cómo la planta de insulina ayuda a regular el azúcar en la sangre, se cree que es porque mejora los mecanismos de control de la glucosa y la secreción de insulina por parte de las células β pancreáticas restantes en las personas con diabetes. No obstante, es necesario la realización de más estudios científicos que corroboren cómo se da el proceso”, precisa.
En esta línea, una publicación de la revista Mejor con Salud, escrita por Daniela Echeverri Castro, refiere una investigación divulgada en BMC Pharmacology, la cual detalla que el extracto acuoso de la planta de insulina tiene potencial en el tratamiento de la diabetes mellitus tipo 2. En particular, se observó una disminución del 25 % en los niveles de glucosa en los pacientes. Además, redujo los triglicéridos en un 48 %.
El mismo informe cita otro estudio compartido en Journal of Medicinal Food, según el cual los extractos acuosos de las hojas y el tallo de esta planta provocan un efecto hipoglucemiante. Incluso, después de 60 días de estudio, resultaron útiles para reducir los niveles de glucosa en un 45 %.
¿Cómo consumirla?
La planta de insulina puede consumirse de varias formas, que incluyen, por ejemplo, masticar la hoja: dos hojas de esta planta, dos veces al día. También se puede tomar en infusión o té. Para elaborar esta bebida se mezcla una cucharada de polvo de las hojas secas de la planta o la propia hoja seca con una taza de agua hirviendo, se deja reposar, se cuela y estará lista para ser consumida. Se recomienda tomarla en la mañana antes del desayuno.
Contraindicaciones
Al igual que sucede con otras hierbas medicinales, la planta de insulina está contraindicada en algunos casos especiales y por ello lo mejor siempre es consultar con un médico sobre su consumo regular, además de que no reemplaza ningún tratamiento indicado para controlar la diabetes.
Se debe evitar su administración en los siguientes casos:
- Niños pequeños.
- Embarazo y lactancia.
- Personas con enfermedades autoinmunes.
- Pacientes con problemas renales o hepáticos.
- Diabéticos que estén tomando medicamentos. En este caso, puede ocurrir una interacción farmacológica que conlleva a bajones de glucosa significativos.