SALUD
Tendones y ligamentos: las vitaminas y alimentos que ayudan a fortalecerlos
Estos tejidos son clave para mantener la estructura del cuerpo.
Los tendones son un tejido conectivo fibroso que tiene como función unir los músculos a los huesos, mientras que los ligamentos unen los huesos entre sí. Los dos son determinantes para mantener la estructura del cuerpo y de allí la importancia de cuidarlos para que se mantengan sanos.
Los tendones, por ejemplo, están diseñados para soportar cargas, pero cuando estas se producen repetidamente, pueden producir inflamación y afectación en la capacidad para adaptarse a los cambios. En estos casos, suele presentarse dolor e incapacidad para mover la región a la cual pertenecen, por ese motivo resulta necesario consultar al médico, precisa el portal Fisioterapia-Online.
Una buena alimentación y la práctica regular de ciertos ejercicios es fundamental para que los huesos, músculos, tendones y ligamentos estén sanos y fuertes. Además, estas prácticas ayudan a evitar la aparición de enfermedades o lesiones.
En la alimentación para cuidar estas partes del cuerpo es importante incluir alimentos que contengan ácidos grasos Omega 3, con lo que se obtienen sustancias antiinflamatorias; vitaminas A, C y E, las cuales ayudan a regenerar músculos y tendones; magnesio que ayuda a sintetizar el colágeno y es una sustancia presente en tendones, músculos y ligamentos y colágeno para aportar elasticidad y resistencia, asegura una publicación del portal Cocina Delirante.
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La biblioteca médica MedlinePlus indica que el magnesio es necesario para más de 300 reacciones bioquímicas en el cuerpo. Por ejemplo, ayuda a mantener el funcionamiento normal de músculos y nervios, brinda soporte al sistema inmune y aporta para que los huesos permanezcan fuertes.
Este mineral se puede obtener en alimentos como los vegetales de hoja verde oscura. Otros alimentos que son buena fuente de magnesio son: frutas como los bananos, albaricoques o damascos secos y aguacates; las nueces como almendras y anacardos; las arvejas y fríjoles; las semillas, productos de soya, granos enteros y leche.
Vitamina A
En cuanto a la vitamina A, esta también ayuda en el fortalecimiento de tendones y ligamentos. Es saludable para los tejidos blandos y óseos y las membranas mucosas, indica MedlinePlus.
Este nutriente puede obtenerse principalmente de alimentos como hígado de res y otras vísceras, pescados como el arenque, salmón y aceite de hígado de bacalao; huevos, productos lácteos como queso y leche fortificada, cereales fortificados, frutas y verduras de color naranja y amarillo, como zanahorias, patatas dulces, mangos y melón, además de brócoli, espinaca y la mayoría de los vegetales de hoja verde oscuro.
La vitamina C también resulta clave para proteger estas partes del cuerpo. Este nutriente es ideal para formar vasos sanguíneos, cartílagos, músculos y colágeno en los huesos. También ayuda al cuerpo a absorber y almacenar el hierro, que es importante para mantener la estructura ósea, según el instituto de investigación clínica Mayo Clinic.
Las frutas y verduras son las mejores fuentes de vitamina C. Para ingerir las cantidades recomendadas de vitamina C, es recomendable consumir frutas cítricas como naranjas y pomelos, así como pimientos rojos y verdes y kiwi. De igual forma es bueno el brócoli, las fresas, melón y tomates; además, de algunos alimentos y bebidas fortificadas con esta vitamina.
El consumo de zinc también es clave para los tendones y ligamentos. Según información del portal Mejor con Salud, este es un nutriente esencial con un rol específico en más de 300 enzimas, por lo que influye directamente en cuestiones como el crecimiento, el desarrollo neurológico y de comportamiento y en el sistema inmune. Además, ayuda a reducir la inflamación que puede llevar a lesiones más graves en estas estructuras.
Algunos alimentos ricos en este mineral son las carnes rojas, las de ave, ostras y otros mariscos, y los cereales fortificados con este nutriente. También se halla en los fríjoles, frutos secos, cereales integrales y productos lácteos, según información de los Institutos Nacionales de Salud, de Estados Unidos.