Vida Moderna
Tipos de hongos en los pies: ¿cuáles son y cómo se contagian?
Dependiendo de varias razones, las bacterias de las uñas, entre los dedos o en la planta, pueden causar complicaciones, tanto sociales como de salud.
Cuando una bacteria se desarrolla en los pies por la mala higiene y humedad, el mal olor tarde que temprano hará presencia. Sea por una mala higiene, calzado incorrecto, humedad u otra razón, los hongos y bacterias son las responsables del mal olor en los pies, un problema que genera vergüenza entre las personas.
Los hongos pueden vivir en varias zonas del cuerpo, tales como las uñas, tejidos muertos del cabello o en capas externas de la piel. Por lo tanto, los pies no están exentos de ser el ambiente perfecto para su desarrollo.
Se estima que siete de cada diez personas han padecido o padecerán hongos en los pies, siendo el 45% pacientes con episodios recurrentes de infección durante una década. En ese orden de ideas, el cuidado correcto y la prevención son vitales.
Para saber cómo tratar esta condición, es importante tener las causas que conllevan al mal ojos y, en algunos casos, la aparición de cayos y ampollas. Las razones son diversas a la hora de tener en claro la raíz del problema.
Existen diversas causas que influyen en la aparición de los diferentes tipos de hongos en los pies. Este tipo de microorganismos prospera en ambientes húmedos, cálidos y oscuros, por lo tanto, los pies pueden ser un lugar ideal para ellos. A nivel general, los expertos responsables de la investigación Una mirada más cercana a los tópicos para Tinea Pedis aseguran que los motivos más comunes son:
- No secarse adecuadamente los pies luego de bañarse, especialmente entre los dedos.
- Usar constantemente un calzado hecho a base de materiales sintéticos. Esta clase de material no deja respirar la piel de los pies, por lo que la transpiración humedecerá la zona y generará el desarrollo de los hongos.
- Utilizar medias que no aporten a la transpiración. La recomendación es evitar presentaciones que no tengan algodón.
- Transitar por superficies húmedas en sitios públicos sin protección para los pies. Por ejemplo, en duchas, vestuarios o piscinas.
- Compartir zapatos, medias o toallas para los pies con otras personas.
- Tener contacto directo con superficies que permitan la propagación del pie de atleta. Por ejemplo, zonas que cuenten con bacterias o prendas de vestir sucias.
De la misma forma, los expertos indican que hay tres factores de riesgo que, mezclados con las razones anteriores, intensifican aún más el desarrollo de los hongos. Estos son: presentar lesiones o cortes en el pie, tener el sistema inmunológico débil y no haber tratado el pie de atleta en el pasado, permitiendo que la bacteria vuelva a hacer de las suyas.
Teniendo en cuenta esa información, hay que tener en cuenta que no todos los hongos son iguales ni generan la misma reacción. El informe explica las clases de hongos más frecuentes y con mayor afectación en los pies.
Los primeros son los hongos interdigitales. Este es el tipo de pie de atleta más común. Como su propio nombre indica, se suele localizar en la zona interdigital, es decir, en la zona interior de los dedos de los pies. Puede extenderse por todo el pie si no se le da un tratamiento adecuado, aparte de reaccionar con ardor y picazón.
Esta categoría le abre la posibilidad a otros virus o bacterias. También suele comenzar con una leve irritación, picazón y sequedad en la piel de la planta. Sin embargo, a medida que avanza, genera grietas que en algunos casos causa dolor.
El tercer tipo de hongo es el menos común, pero igual de peligroso. Se trata de las bacterias de pies vesiculares. Se suele caracterizar por la aparición de pequeñas ampollas o vesículas llenas de líquido, las cuales se pueden encontrar, principalmente, en la planta del pie.