VIDA MODERNA

Enseñe a sus hijos a defenderse del enemigo en las redes sociales

Es imposible detectar de dónde vienen y eliminar todos los peligros que acechan a los niños. Sin embargo, la prevención debe venir de la propia familia; aprenda a darles la confianza y a detectar las amenazas del mundo y de las redes sociales.

2 de mayo de 2017
| Foto: Archivo particular

Por Gloria Isaza Posse

Una de las responsabilidades de los padres es la protección de los hijos para evitar que vivan abusos o queden expuestos a que otras personas les hagan daño.

Esta misión no resulta fácil si tenemos en cuenta que están permanentemente expuestos a las redes sociales y al cuidado de personas diferentes a los papás. Los casos reportados recientemente sobre abuso a menores, pornografía infantil y participación en juegos como el llamado “la ballena azul”, que ponen en riesgo su vida, son una alarma para todos.

Si bien es cierto que es imposible eliminar todos los peligros, ¿cómo pueden los padres y adultos responsables de los niños enseñarles a identificar que están en riesgo de ser víctimas del abuso de personas cercanas y de engaños en las redes?

La familia es el principal círculo de protección de los niños, donde adquieren seguridad y confianza en el mundo que les rodea y en ellos mismos. Aun cuando, desafortunadamente, en muchos casos el abuso proviene de personas conocidas, son los adultos cercanos a los niños quienes pueden detectarlo y prevenirlo.

Algunos aspectos que pueden contribuir a la seguridad de los niños son:

Crear un ambiente de confianza: Cuando en la familia existe un ambiente propicio para contar las historias, vivencias y dificultades sin juicios, castigos ni agresiones, los niños aprenden que pueden confiar sus experiencias y compartir sus equivocaciones. Crecen en la certeza de que son escuchados, comprendidos y apoyados para encontrar soluciones; que aunque la falta sea grave, cuentan con la ayuda de sus padres o de otro adulto de la familia.

Estar conectados afectivamente: Cuando los padres saben cómo se siente el niño, pueden detectar con más facilidad sus cambios en el estado de ánimo, los hábitos de sueño y alimentación, los miedos y los silencios. La cercanía que establecen entre ellos permite una comunicación mas abierta, sincera y tranquila, donde sienten que los padres los escuchan y les creen. Es importante creer a los niños cuando cuentan que están siendo molestados por sus compañeros, por niños mas grandes o por algún adulto, no pensar que se trata de su imaginación o que está diciendo mentiras; hay que evitar preguntarle insistentemente si está seguro de lo que dice porque se asusta y puede decidir que es mejor callar. Siempre se debe investigar y corroborar la información, aun cuando sea difícil aceptar que algo puede haberle ocurrido.

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Enseñarles a cuidarse y a cuidar a otros: Es necesario que los niños aprendan a quererse y cuidarse. Enseñarles que su cuerpo es muy valioso, que lo deben cuidar, no hacer actividades que los pongan en peligro ni permitir que otras personas les toquen sus partes privadas. Crear una red familiar donde todos se unen para proteger y apoyar a quien está en dificultades, enseñando que se debe avisar cuando alguien está en peligro. Una familia unida crea una especie de escudo protector para los niños.

Permitir el NO: Es importante que se respete la decisión de los niños de no acercarse, abrazar o besar a las personas cuando no lo desean, aun cuando se trate de miembros de la familia o amigos cercanos. Obligar a los niños a ser afectuosos con todas las personas les enseña que dejarse tocar es un acto de amabilidad que no se debe rechazar. Resulta difícil para él comprender que no debe hablar o dejarse tocar por un extraño cuando sus padres le insisten en que salude, le muestre como canta, le de un abrazo y un beso a la amiga de ellos que acaba de conocer. Es importante confiar en las percepciones que los niños tienen de las personas y permitirles mantener la distancia cuando lo desean.

Evitar los secretos: Se llama secreto a la información que se guarda o esconde para que otras personas no la conozcan y no puedan saber de qué se trata. Se recomienda a los padres no pedir a los niños, especialmente si son pequeños, que guarden secretos, pues esto les genera tensión emocional y sentimientos de culpa por estar haciendo algo indebido o por tener que mentir para cumplir su cometido.

El secreto crea camaradería con el niño, haciéndole sentir que es importante y valioso para la otra persona; este sentimiento lo hace vulnerable al abuso y al engaño, pues se trata de una relación secreta donde el abusador le transmite que su amistad y sus juegos crean una relación muy especial que los une a los dos.

Por otra parte, cuando uno de los padres dice al niño “no le vamos a contar a tu papá lo que hiciste porque se pondría muy bravo, es un secreto entre los dos” o un abuelo “te dejo ver ese programa prohibido, pero es nuestro secreto” o “no cuentes a la profesora que tu hermano mayor te hizo la tarea”, le enseña al niño que está bien ocultar los comportamientos inadecuados para evitar las consecuencias de lo que ha hecho. Aprende a guardar estos secretos, aunque sabe que está haciendo algo que no debe hacer. En consecuencia, cuando otro adulto le pide mantener en secreto lo que están haciendo, pensará que está bien ocultarlo.

Es muy útil enseñar a los niños palabras diferentes para hablar de la información que no se quiere compartir con otros en un momento determinado. Hablar de sorpresa cuando se trata de algo que se quiere reservar para un momento especial, como un regalo, una fiesta o un paseo. Y de información privada cuando se refiere a lo que ha vivido, siente o piensa, que se puede decidir con quién se desea compartir, siempre y cuando no represente un peligro para alguien. Así podrán identificar más fácilmente cuando se trata de un secreto que los pone en riesgo.

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Hay secretos que ponen en peligro: Es importante enseñar a los niños a reconocer que algunos secretos pueden ser peligrosos para ellos o para una persona que ellos quieren. Una clave para saber si se trata de uno de estos secretos es cuando se dice al niño “no se lo puedes contar a NADIE” o “esto no lo puedes decir NUNCA”; cuando el secreto conlleva una amenaza como “tus papás no te lo van a perdonar… no te van a querer” o “si lo dices les puede pasar algo malo a tus papás”; o, si se trata de un chantaje como “si no haces lo que te digo dejo de ser tu amigo”. Explicarles que estas personas les pueden hacer daño, que es importante que cuenten si esto les pasa para protegerlos, que no se les va a regañar ni castigar y que no se va a permitir que algo malo les suceda.

Hay señales de protección y señales de alerta: Enseñemos a los niños a identificar las señales de protección: cuando se siente bien y puede contar sus dificultades, qué le molesta o lo hace sentir incómodo; cuando no hay secretos con las personas en las que confía, puede contar a otros lo que han hecho o han hablado; cuando esas personas se preocupan por su bienestar y lo protegen. Y que son señales de alerta: cuando se trata de un secreto peligroso, cuando al estar con ellas se siente incómodo, molesto, nervioso, con vergüenza, triste, solo, con miedo o en peligro; cuando algo dentro de él le dice “no lo hagas… no está bien… cuéntaselo a alguien…”, cuando tiene miedo de que lo castiguen por lo que hizo, cuando no quiere que sus padres se enteren porque se pondrían tristes con él o lo dejarían de querer. Una señal de alerta significa que está en peligro, necesita ayuda y debe armarse de valor para contarlo.

Lograr que los niños tengan una infancia segura les permite confiar en ellos mismos y en el mundo que los rodea, crecer con sueños e ilusiones y llegar a ser adultos felices y autónomos.

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