Vida Moderna
Tiroides: el alimento que ayuda a controlarla
El cáncer de la tiroides es la enfermedad más grave que puede surgir en esta glándula.
Como es bien sabido, una sana alimentación es fundamental para que todas y cada una de las partes del cuerpo humano funcionen de forma correcta. Pues la tiroides no es la excepción, una buena dieta es de vital importancia para que en esta glándula no se generen enfermedades.
“La tiroides es una glándula pequeña en forma de mariposa en la parte delantera del cuello que produce dos hormonas tiroideas: tiroxina (T4) y triyodotironina (T3). Las hormonas tiroideas controlan como el organismo usa la energía, por lo que afectan casi todos los órganos, incluso el corazón”, explica el National Institute of Diabetes and Digestive and Kidney Diseases.
De acuerdo con la misma entidad, las enfermedades más comunes que las personas pueden enfrentar en esta glándula son las siguientes:
- Hipertiroidismo: se da cuando las concentraciones de las hormonas tiroideas están demasiado elevadas.
- La enfermedad de Graves: suele ser la causa más común de hipertiroidismo.
- Hipotiroidismo: se da cuando las concentraciones de las hormonas tiroideas están demasiado bajas.
- Enfermedad de Hashimoto: es una de las causas más frecuentes del hipotiroidismo.
- Nódulos tiroideos y cáncer de la tiroides.
Para identificar las enfermedades mencionadas anteriormente los profesionales de salud realizan sus respectivas pruebas. Suelen hacer exámenes de sangre y una serie de análisis de imagen.
Tendencias
Como se mencionó anteriormente, para tener un buen control de esta glándula es preciso e indispensable mantener una dieta saludable. En este sentido, hay un alimento en especial que ayuda a que la tiroides se encuentre en un buen estado.
Este alimento es el laver, una salga de origen asiático que es rica en vitamina C y potasio. Controla la tiroides por “la cantidad de yodo que incluye, que facilita la estimulación y el correcto funcionamiento de esta glándula”, explica el portal As.
Síntomas del cáncer del tiroides
Según el portal Manual MSD, este cáncer tiene cuatro tipos, entre ellos el papilar, que es el más frecuente y representa el 80 % de todo los tipos de cáncer de tiroides. Como tal, este cáncer crece dentro de la glándula tiroidea, pero a veces se extiende a los ganglios linfáticos adyacentes. Si no se trata, puede propagarse a zonas más distantes.
De acuerdo con Mayo Clinic, en la mayoría de los casos de cáncer de tiroides no presentan síntomas, hasta que el tumor maligno crece. Sin embargo, en algunos casos se pueden presentar algunos síntomas que tienden a pasar desapercibidos y no se les presta mayor atención para detectar a tiempo la enfermedad.
- Sensación que los cuellos empiezan a ser más justos o las camisas aprietan.
- Cambios en la voz.
- Dificultad para comer.
- Dolor de cuello y garganta.
Cuando se identifica el cáncer de tiroides, se producen pequeños tumores (nódulos) en el interior que son malignos y se caracterizan por ser un tumor sólido en vez de estar lleno de líquido (quístico), no produce hormona tiroidea, es duro, crece con rapidez y se asocia a ganglios linfáticos engrosados y dolorosos en el cuello.
Para diagnosticar la enfermedad, se realizan varias pruebas. El Manual MSD detalla que las primeras consisten en pruebas de la función tiroidea, en las que se miden las concentraciones sanguíneas de la hormona estimulante del tiroides (TSH), y de las hormonas tiroideas T4 (tiroxina o tetrayodotironina) y T3 (triyodotironina). A veces se efectúan pruebas para detectar anticuerpos de la glándula tiroidea.
Hasta el momento se desconoce la causa del cáncer de tiroides, pero se sabe que algunos factores pueden aumentar el riesgo de desarrollarlo. Por ejemplo, el sexo femenino es el más propenso a padecer este tipo de cáncer porque hay una relación directa con el estrógeno, también está la exposición a niveles altos de radiación o por determinados síndromes genéticos hereditarios.