Vida Moderna
Tome nota: estos son los dos tipos de trastornos comunes que impiden el crecimiento de su hijo
El desarrollo del niño incluye cambios físicos, intelectuales, sociales y emocionales.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), 144 millones de niños menores de cinco años tienen retraso del crecimiento, que se reconoce cuando un niño es demasiado bajo para su edad, como resultado de una malnutrición crónica o recurrente.
Además, es importante señalar que la emaciación (una forma de malnutrición potencialmente mortal que provoca una delgadez y debilidad extremas en los niños) como el sobrepeso infantil son formas de malnutrición y pueden coexistir en una población.
De hecho, según cifras de la OMS, se estima que alrededor de 38,3 millones de niños tienen sobrepeso u obesidad, y 47 millones sufren de emaciación.
Así las cosas, María Fernanda Velasco, directora médica de Pfizer en Colombia, destaca la importancia de trabajar en una atención integral en salud para niños, niñas y adolescentes, como parte trascendental de su desarrollo integral.
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“Cerca de dos tercios de muertes infantiles son prevenibles mediante una atención primaria eficaz hasta los cinco años de edad. Por lo cual, cada vez es más crucial disponer de un sistema sanitario eficaz para mejorar el acceso al cuidado y a la prevención de la enfermedad infantil, y a la promoción de la salud materno-infantil”, dijo Velasco.
Por su parte, otro trastorno es el Síndrome de Turner que es un trastorno causado por la ausencia parcial o completa de un cromosoma X, y afecta solo a las mujeres, provocando que sean más bajas que el resto y que no maduren sexualmente a medida que alcanzan la edad adulta.
De acuerdo con cifras del Stanford Medicine, se estima que la enfermedad afecta a una de cada 2.000 a 2.500 niñas que nacen, y la característica más evidente es la baja estatura, la altura promedio de una mujer adulta que padece el Síndrome de Turner es de 1.43 metros.
Entre tanto, Instituto Nacional de Salud Infantil y Desarrollo Humano explicó que en algunas personas, los síntomas son leves, pero en otras, puede causar problemas de salud graves. No obstante, muchos de los problemas que afectan a las niñas con Síndrome de Turner pueden controlarse o corregirse con un manejo médico adecuado, y los siguientes síntomas pueden ayudar a reconocer la enfermedad:
- Apariencia: las características pueden incluir cuello corto con pliegues, línea de nacimiento del cabello baja en la nuca, orejas bajas, manos y pies hinchados al nacer, y uñas blandas.
- Pubertad: la mayoría de las niñas con Síndrome de Turner no comienza la pubertad de manera natural.
- Reproducción: la mayoría de las niñas con el trastorno no tienen ovarios o los ovarios no funcionan adecuadamente. Sin el estrógeno que producen los ovarios, las niñas no tienen un desarrollo normal de sus senos.
- Cardiovascular: el Síndrome de Turner puede causar problemas en el corazón o en los vasos sanguíneos principales. Además, alrededor del 20% de las niñas y el 40% de las mujeres con Síndrome de Turner tienen presión arterial alta.
- Riñones: la función renal suele ser normal, aunque en algunos casos se pueden presentar problemas renales.
- Osteoporosis: con frecuencia se presentan bajos niveles de la hormona estrógeno, que puede ponerlas en riesgo de desarrollar osteoporosis. La osteoporosis puede provocar pérdida de estatura y fractura de huesos.
- Diabetes: las personas con Síndrome de Turner tienen un riesgo más alto de desarrollar diabetes tipo 2.
- Tiroides: las niñas con la enfermedad tienen problemas de tiroides. El más común es el hipotiroidismo, una baja función de la glándula tiroidea.
- Cognitivos: las niñas con Síndrome de Turner poseen una inteligencia normal. Tienden a obtener puntajes más elevados en su coeficiente intelectual verbal que en el no verbal.6 En algunos casos se tiene problemas para aprender matemáticas y en la coordinación visual-espacial, es decir, al determinar las posiciones relativas de los objetos en el espacio.
De todos modos, la información antes dada de ninguna manera sustituye la asesoría médica y por ello lo primero que hay que hacer es consultar a un experto de la salud para que sea este quien guíe el proceso e indique qué es lo más adecuado para cada persona.