Vida moderna
Trombosis del viajero: ¿Qué es y cuáles son los factores de riesgo?
Es importante consultar a un médico en caso de cumplir con varios factores de riesgo.
Los coágulos de sangre, también conocidos como trombosis venosa profunda VTP, son una afección que pueden sufrir las personas que realizan viajes de largas distancias, ya sea en avión, bus, tren o carro. Esto puede ocurrir especialmente en trayectos que son además de cuatro horas.
“En general, cualquier persona que permanezca durante mucho tiempo sentado, sin mover los miembros inferiores y que tenga factores de riesgo asociados, puede sufrir el síndrome de la clase turista, independientemente del transporte -tren, autobús, coche- aunque existe mayor probabilidad de que se produzca en avión debido a que concurren causas como la disminución de la presión barométrica, la deshidratación y el inmovilismo”, indica la entidad de salud Sanitas.
Según explican los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, estos coágulos de sangre se forman en las venas que están debajo de la superficie de la piel. “Mientras más tiempo esté sin moverse, mayor es el riesgo de que se produzca un coágulo de sangre. En muchos casos, los coágulos de sangre se disuelven solos. Sin embargo, se puede producir un grave problema de salud cuando una parte del coágulo se desprende, se desplaza a los pulmones y crea un bloqueo”.
Cuando el coágulo se desplaza a los pulmones puede causar la muerte a la persona. La embolia pulmonar puede causar daño permanente en estos órganos, bajos niveles de oxígeno en la sangre y lesiones en otros órganos a causa de no recibir oxígeno suficiente. Asimismo, puede causar hipertensión pulmonar y debilitar el corazón.
Todas las personas pueden sufrir de trombosis venosa profunda. El riesgo de que se formen es bajo, pero se incrementa con la distancia de los trayectos. Las personas que padecen de “trombosis del viajero”, como es llamada esta afección, es porque tienen uno o varios factores de riesgo. Algunos de estos incluyen:
- Ser mayor edad (el riesgo aumenta después de los 40 años).
- Obesidad (tener un índice de masa corporal mayor a 30kg/m2).
- Haber tenido una operación o lesión reciente (dentro de los 3 meses anteriores).
- Usar anticonceptivos con estrógenos.
- Estar en una terapia de reemplazo hormonal.
- Embarazo y período de postparto.
- Haber tenido un coágulo de sangre previo.
- Tener historia familiar de coágulos de sangre.
- Tener cáncer.
- Tener movilidad limitada.
- Catéter en una vena grande.
- Várices.
- Enfermedad cardíaca.
- Enfermedad pulmonar.
- Cáncer y su tratamiento;
- Enfermedad inflamatoria intestinal (enfermedad de Crohn o colitis ulcerosa).
Según indican los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, alrededor de una tercera parte de las personas que sufren trombosis venosa profunda sufren complicaciones a largo plazo. Uno de ellos es el síndrome postrombótico, el cual causa síntomas como inflamación o úlceras en la zona afectada.
Para prevenir esta afección se deben realizar cambios en la alimentación para cuidar el corazón, usar medias de compresión, mover las piernas en trayectos de viaje largo, entre otros. En caso de tener algún factor de riesgo se debe consultar con un médico.
Embolia pulmonar
Esta afección ocurre cuando un grupo de material, que generalmente es un coágulo sanguíneo, obstruye una arteria de las pulmones.
“Las porciones de pulmón que se nutren de cada arteria bloqueada son despojadas de sangre y pueden morir. Esto se conoce como infarto pulmonar. Esto hace que sea más difícil para los pulmones proporcionar oxígeno al resto del cuerpo”, explican los expertos de Mayo Clinic, entidad sin ánimo de lucro dedicada a la práctica clínica, la educación y la investigación.
Los síntomas de una embolia pulmonar incluyen:
- Falta de aliento.
- Respiración acelerada.
- Dolor o malestar de pecho, que empeora al toser o respirar profundamente.
- Aumento de la frecuencia cardíaca.
- Toser sangre.
- Presión arterial muy baja, mareos o desmayo.