Turno de noche aumenta el riesgo de este tipo de cáncer en las mujeres

Hoy en día, muchas personas se ven obligadas a cumplir sus labores en el turno de la noche, en especial, ciertos sectores como el de salud, transporte, seguridad, fuerzas públicas, entre otros. Sin embargo, trabajar en este turno suele traer algunas consecuencias negativas para la salud física y mental.

En ese sentido, los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades señaló que el Programa Nacional de Toxicología (NTP) publicó un informe sobre cómo el trabajo constante en turnos de noche está relacionado con el riesgo de padecer cáncer. Dicho informe se da luego de una evaluación similar que publicó la Agencia Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer (IARC).

Específicamente, ambas agencias revisaron a detalle los estudios existentes sobre el trabajo en turno de noche y el cáncer, por lo que convocaron a expertos en el campo de la investigación tanto en seres humanos como en animales. Como tal, el informe de NTP, logró concluir que hay un “nivel de confianza alto” cuando se desarrollan este turno, pero como consecuencia se produce una alteración del ritmo circadiano que puede causar cáncer en los seres humanos. En cuanto al informe de IARC, este concluyó que trabajar en turnos de noche es “probablemente carcinógeno para los seres humanos”.

La evidencia de ello se sustenta porque los sistemas biológicos, como los ciclos del sueño y vigilia, apetito y patrones digestivos, siguen patrones diarios o ritmos circadianos que están influenciados cada día cuando los ojos detectan luz por primera vez. La luz estimula áreas del cerebro que le dicen al cuerpo que esté despierto, activo y con hambre. Cuando oscurece, la glándula pineal en el cerebro secreta la hormona melatonina, que se produce toda la noche y fomenta el sueño, y cuando se alteran gravemente, como puede suceder con el trabajo en turnos de noche, los viajes a través de múltiples zonas horarias o la exposición a la luz durante horas normales del sueño, podemos presentar lo que se conoce como “alteración del ritmo circadiano”.

Adicional a ello, el informe Breast cancer risk in night female workers publicado en Scientific Electronic Library Online, indica que estudios epidemiológicos más recientes a nivel mundial han dado a conocer la asociación entre el trabajo nocturno (15-20 % de los trabajadores) y un aumento del riesgo de cáncer de mama, siendo esta, una patología de gran prevalencia y la primera causa de neoplasia en el sexo femenino.

Hace varios años en Dinamarca, primer país que considera cáncer de mama como enfermedad profesional, mujeres que habían desarrollado cáncer de mama y habían trabajado en turnos nocturnos durante al menos 20 años y tenían por lo demás de bajo riesgo, han recibido indemnizaciones.

¿Qué riesgo en la salud están asociados con el trabajo en turnos de noche?

Además del cáncer, el trabajo en turnos de noche ha sido asociado a la diabetes tipo 2, accidentes cardiovasculares, trastornos del sueño, enfermedades cardiovasculares y trastornos del metabolismo. Así mismo, este turno es propenso a desarrollar problemas reproductivos como ciclos menstruales irregulares, abortos espontáneos o nacimientos prematuros.

Del mismo modo, la salud mental también se ve muy afectada, ya que la depresión y el estrés son las condiciones más comunes que desarrollan los trabajares en el turno de la noche.

Para mitigar estos riesgos, los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades dan a conocer algunos consejos para que los trabajadores de turno de noche logren mantenerse sanos:

• Lo ideal es realizar un programa de capacitación sobre los trabajos por turnos rotativos, para aprender estrategias personales y laborales que mejoren la calidad laboral y física en la noche.
• Realizar chequeos médicos con regularidad y consultar con el médico síntomas como fatiga intensa, somnolencia cuando está despierto, problemas de insomnio, trastornos estomacales, irritabilidad o mal humor y mal desempeño laboral.
• Practicar buenos hábitos para la salud como dormir lo suficiente, tener una alimentación nutritiva y balanceada, hacer ejercicio regularmente, evitar el consumo de tabaco y limitar el consumo de alcohol.