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Un resguardo para el mono araña en medio de los cultivos de cacao en Ecuador
Gracias al trabajo del programa Washu, los cacaoteros del Chocó ecuatoriano están aprendiendo a mejorar su producción, obteniendo una remuneración más justa y garantizando la seguridad de una especie en vía de extinción.
En una región de Ecuador que, según se calcula, ha perdido hasta el 90% de sus bosques nativos por cuenta de la deforestación, una comunidad de cacaoteros alza las banderas de la conservación y la protección ambiental.
Gracias al proyecto Washu, velan para proteger a una especie endémica en peligro crítico de extinción: el mono araña de cabeza café.
En este episodio de El lado +, el biólogo Felipe Alfonso presenta la iniciativa Washu, que fundó en 2012 junto a otros colegas. “Las comunidades que viven en estas zonas tan apartadas son las que pueden beneficiarse más de procesos de conservación, como también pueden ser las personas que más se van a perjudicar con la deforestación”, dice. Por esta razón, el trabajo tenía que ocurrir en el campo y con los cultivadores.
El propósito de Washu, entonces, es promover un modelo en esta zona de cerca de 300 hectáreas de bosque, que convierta a la comunidad en aliada de la protección ambiental.
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A cambio de este compromiso, Washu se encarga de asesorarlos para mejorar la calidad de su producto, reducir la cadena de intermediarios, comercializarlo y obtener una remuneración mucho más justa, que pueda repercutir en la calidad de vida de toda la población.
Para ayudar a fortalecer la actividades de los cacaoteros, que desde hace más de treinta años cultivan una variedad muy apetecida en el mercado de los chocolates, Felipe y el equipo de Washu iniciaron un proceso de fortalecimiento de capacidades enfocado en el mejoramiento técnico de los cultivos para garantizar una mejor productividad.
“Nosotros como Fundación ayudamos en todos estos procesos de mejora de calidad pero hay una contrapartida dentro de un acuerdo de conservación: ellos se comprometen a ser protectores de esos bosques”, menciona.
Una amistad necesaria
Como lo cuenta Felipe, el mono araña tiene además una labor fundamental en el entorno. Por cuenta de su dieta, con un 80 por ciento de frutas que consumen, incluyendo las semillas, terminan ayudando a la diseminación vegetal y la reforestación de una zona particularmente vulnerable.
En el modelo que propone Washu, que va desde la siembra hasta la comercialización del producto, todos ganan. Los líderes de la comunidad, como Javier Cedeño, lo saben: “sí se está cambiando la manera de ver de las personas, de las comunidades, porque debemos respetar la vida y cuidar los animales... Para que nuestros hijos y nuestros nietos conozcan estas especies”, dijo a El lado +.
Los invitamos, entonces, a escuchar este episodio y a compartir sus impresiones en nuestras redes sociales.