Kotoja (dos temporadas), Solnok y Guarinó, son los nombres de los campos de verano que Eko realizará en enero.

VOLUNTARIADO

Un sueño de 300 millones

En 17 años, los campos de verano de la Asociación Santa Cruz han llegado a más de 7.000 participantes y voluntarios. Ahora preparan su temporada 2013 para la cual tienen que recoger una gran suma de dinero.

27 de noviembre de 2012

Conseguir 300 millones de pesos en donaciones. Esa es la meta de los jóvenes voluntarios de Eko Campos de Verano, que para el próximo enero buscan llevar a 210 niños y adolescentes de condiciones sociales y económicas de vulnerabilidad a lo que ellos definen como una verdadera experiencia de vida.

Y aunque está de moda donar para causas sociales, no resulta nada sencillo conseguir tanto dinero para algo que no tiene que ver con el cubrimiento de necesidades básicas. En Eko no se construyen casas, no se regalan mercados ni se respaldan intervenciones médicas. Lo que allí hacen son campos de verano, que no es otra cosa que un programa de vacaciones que se basa en actividades de aprendizaje al aire libre.

De acuerdo con Felipe Henao, director del proyecto, "lo que buscamos es la transformación de la vida y el corazón de niños, adolescentes y jóvenes del país a través de la educación experiencial. Creemos que la mejor forma de cambiar a la sociedad es sembrando una buena semilla en las personas".

Y los frutos de la semilla son comprobados. El programa de seguimiento que Eko realiza con sus participantes, dice que en variables de comportamiento de la vida diaria como la amistad, el bienestar espiritual, la responsabilidad o la convivencia familiar, el aporte positivo de los campos de verano es notorio. Como mínimo, en el 92,4% de la población con la que trabajan se ven reflejados diferentes cambios en esos aspectos.

El efecto multiplicador que generan es lo más importante. En 17 años de trabajo, más de 7.000 personas, entre participantes y voluntarios, han pasado por ahí con el compromiso fundamental de transmitir lo aprendido. Así, lo que vive un pequeño grupo se vuelve representativo para la sociedad.

Esta vez tienen planeado hacer cuatro campos de verano, todos con niños y jóvenes de diferentes fundaciones de Bogotá: 'Kotoja' (dos temporadas) en La Mesa, Cundinamarca; 'Solnok' en Barbosa, Santander; y 'Guarinó' en Barichara, del mismo departamento.

Eko hace parte de la Asociación Santa Cruz, una organización sin ánimo de lucro, de carácter católico e independiente que integra diferentes frentes de trabajo social como las expediciones de 'Tierra Nativa', las convivencias de 'Vívela', y las 'Misiones' en Semana Santa.

Según Henao, "la formación en valores y en Dios es el eje sobre el cual se desarrollan temáticas como la familia, la amistad, los sueños, el honor, el compromiso y Colombia. Que nuestros participantes conozcan el país en donde nacieron y lo aprendan a querer, es básico para que más adelante puedan trabajar por él".

Para lograr todo eso, esta vez necesitan conseguir 300 millones de pesos en donaciones. La meta parece difícil pero cada diciembre desde 1995, a pesar del trajín y el sacrificio que implica, los voluntarios de Eko han logrado el objetivo y no han dejado de ir a los campos de verano. Este año, el equipo de trabajo es más fuerte que nunca y si de algo están seguros, es que como siempre, con la ayuda de los donantes cumplirán el sueño y que la temporada de 2013 no será la excepción.