TATUAJES
¿Un tatuaje por un año?: los misterios de un negocio que sorprende y atrae
Entre la estampa indeleble y las calcomanías, una empresa neoyorquina propone actualmente una alternativa intermedia: un tatuaje efímero que desaparece al cabo de un año y que ambiciona abrir el mercado a una nueva clientela.
Abigail Glasgow decidió tatuarse en el antebrazo una “m”, la primera letra del nombre de su novio. ¿Una decisión riesgosa?: “Va a desaparecer, así que no me preocupo demasiado”, dice la joven con una mirada maliciosa.
Tras seis años de desarrollo, la empresa Ephemeral encontró la fórmula de una tinta compuesta de polímeros biodegradables, que se disuelven naturalmente entre 9 y 15 meses después de ser inyectados siguiendo el mismo procedimiento que un tatuaje clásico.
Cuando era estudiante en la Universidad de Nueva York (NYU), Josh Sakhai, uno de los tres cofundadores de Ephemeral, quería un tatuaje permanente. Pero “tenía miedo de comprometerme”, recuerda el joven de origen iraní, cuya familia no es adepta a los tatuajes. Se le ocurrió entonces la idea de hacerse un tatuaje temporal, creando una tinta evanescente que requirió 50 fórmulas sucesivas. Sakhai probó varias de ellas en sí mismo.
La fórmula fue elaborada en un laboratorio en Milford (Connecticut), en colaboración con dermatólogos y solo a partir de componentes ya autorizados para otros productos por la agencia reguladora estadounidense (FDA). El tatuaje no se difumina ni diluye con el tiempo, como ocurre con algunos permanentes, asegura Sakhai. Las líneas permanecen claras y el dibujo desaparece de manera uniforme. Por ahora el tatuaje solo está disponible en tinta negra, pero un día otros colores podrían enriquecer la paleta, asegura.
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“Acompañar un cambio”
En varias regiones del mundo, sobre todo en Asia, tatuadores amateurs proponen desde hace unos años tatuajes presentados como “semipermanentes”, realizados con tinta “vegetal” y una menor penetración de la aguja. En la práctica, estos tatuajes se degradan pero no desaparecen completamente y ocasionan muchas veces lesiones, al punto que los tatuadores profesionales han lanzado advertencias.
Sakhai bromea al describirse como un “conejillo de indias” y señala varios lugares en su brazo donde asegura que antes se encontraban tatuajes efímeros, hoy invisibles. Su propia madre acaba de franquear el umbral hace dos horas con el tatuaje de tres mariposas en la tienda de Ephemeral, que abrió a fines de marzo en Williamsburg, Brooklyn. “Hacemos posibles los tatuajes para toda una nueva clientela que no hubiera querido un tatuaje permanente”, dice Sakhai, para quien la nueva técnica no compite con el tatuaje profesional.
El tatuaje efímero, que cuesta entre 175 y 450 dólares en Ephemeral, puede ser la puerta de entrada a un tatuaje permanente, dice el joven empresario. “Por lo tanto eso amplía las posibilidades para la comunidad del tatuaje tradicional”.
Ephemeral solo ha reclutado tatuadores que antes trabajaban en el universo de lo permanente, entre ellos Marissa Boulay, que graba la “m” en el antebrazo de Abigail con un dermógrafo, la máquina de tatuar. Con los tatuajes efímeros “puedo divertirme un poco más”, dice Abigail, que también tiene otros permanentes. “Puedo decidir en el instante” dónde hacerme el tatuaje, añade. Y probar el diseño de una flor que más tarde quizás se grabe de manera permanente.
“Mucha gente piensa que estamos cambiando la cultura” del tatuaje, admite la joven de 29 años, que no comparte ese punto de vista. Antes terreno de los “rebeldes”, incluso de los marginales, y símbolo de radicalismo, el tatuaje se ha democratizado ampliamente en los últimos 20 años, y está extendido entre los llamados millennials.
Un 40 % de las personas de entre 18 y 34 años tienen al menos un tatuaje, según un estudio realizado en 2019 en Estados Unidos por el Instituto Nielsen. “No tratamos de cambiar nada”, afirma Marissa Boulay, que aprendió a hacer tatuajes sola y trabaja en el rubro hace 11 años. “Solo acompañamos un cambio que ya se estaba produciendo”. “La esencia del tatuaje, es un modo de expresión y un arte”, dice la joven cuyo cuerpo está cubierto de tatuajes permanentes. “Intentamos simplemente tornarlo más accesible para más personas”.
*Reportaje de AFP