SALUD
Una de cada cuatro personas sufrirá un ACV en su vida: así puede prevenirlo
Los accidentes cerebrovasculares son la segunda causa de muerte en el mundo y en Colombia su mortalidad muestra una tendencia al ascenso.
Las cifras lo dicen todo: a nivel mundial, los accidentes cerebrovasculares (ACV) le ocurren a más de 17 millones de personas cada año, de las cuales sólo 6 millones sobreviven. De ese total, el 60 por ciento de los pacientes queda con alguna secuela, lo que convierte a los ACV en la principal causa de discapacidad en el mundo.
En otras palabras, cada cuarenta segundos alguien experimenta un accidente cerebrovascular, y se estima que 1 de cada 4 personas sufrirá un evento de este tipo a lo largo de su vida. A esto se suma que por cada minuto sin tratamiento el cerebro pierde 1.9 millones de neuronas. Y por cada hora sin atender, el cerebro envejece 3. 6 años.
En Colombia el panorama no es diferente. Según el Ministerio de Salud, en el país la mortalidad por ACV muestra una tendencia al ascenso. Mientras que en 2016 estadísticas vitales reportó 14.994 casos, en 2018 se registraron 16.090, representando este último una tasa de mortalidad de 32 por cada 100.000 habitantes.
Además, de acuerdo a la Asociación Colombiana de Neurología (ACN), cada año más de 45 mil colombianos sufren un accidente cerebrovascular. El problema es que en la mayoría de los casos las personas no saben identificar los signos de alarma para detectarlo oportunamente. Por eso, a propósito del Día Mundial de la Lucha contra el Accidente Cerebrovascular, SEMANA comparte algunas recomendaciones.
Un ACV ocurre cuando el flujo de sangre al cerebro se interrumpe, lo que impide que el tejido cerebral reciba oxígeno y nutrientes, ocasionando daños en el cerebro. Los expertos dicen que hay muchos factores que se unen para que esto ocurra, como la edad, la raza, los antecedentes familiares y otras condiciones como presión arterial, diabetes, obesidad. Sin embargo, muchos de ellos se producen sin advertencia previa.
La mayoría de los accidentes cerebrovasculares se producen en personas mayores de 65 años de edad. Pero también hay casos de jóvenes e incluso niños que presentan eventos inesperados de este tipo. Por eso, los dos pasos clave para disminuir el riesgo de un ataque cerebral son: controlar los factores de riesgo del ataque cerebral y conocer los signos de advertencia del ataque cerebral.
En cuanto a los síntomas, la neuróloga vascular Juliana Coral Casas explicó a SEMANA que hay ciertas alertas físicas que pueden advertir que una persona está sufriendo un ACV. Los principales son tener un lado de la cara caído o dormido, dificultad para hablar y debilidad en los brazos. Otros síntomas incluyen: dolor de cabeza intenso, mareos repentinos, confusión, problemas para ver en uno o ambos ojos y dificultad para caminar.
En esos casos, aunque exista la duda, la mejor decisión es correr hacia un hospital de tercer nivel donde haya un TAC, un aparato que diagnostica eficazmente el problema. “Lo más importante cuando uno presenta ACV es saber si es debido a que se rompió el vaso o a un bloqueo. El TAC es el único medio que nos va a descartar que al paciente se le haya roto la arteria y confirmar que se le haya tapado para poder iniciar las terapias indicadas”, dice la experta.
Los neurólogos y urgenciólogos pueden desbloquear la arteria con algunos medicamentos. Sin embargo, es una carrera contra el tiempo, pues las personas tienen en promedio una ventana de 4.5 horas para que los médicos puedan hacer un procedimiento exitoso. “Es una carrera contra el tiempo pues resulta que cada minuto que pasa mueren más de un millón de neuronas por la falta de suplencia de oxígeno y nutrientes”, dice la neuróloga.
Por eso, lo mejor es prevenir. Aunque hay factores como la raza o la genética que no pueden modificarse con el tratamiento médico o los cambios de estilo de vida, sí hay hábitos que las personas pueden poner en práctica para reducir el riesgo.
La mejor manera de hacerlo es seguir una dieta saludable, hacer ejercicio con regularidad y evitar fumar y beber demasiado alcohol. Estos cambios de estilo de vida pueden reducir su riesgo de problemas como la obstrucción de las arterias con sustancias grasas, hipertensión y niveles altos de colesterol.
Una dieta poco saludable puede aumentar las probabilidades de sufrir un derrame cerebral porque puede provocar un aumento de la presión arterial y los niveles de colesterol. En cuanto al ejercicio, los estudios muestran que ayuda a reducir el colesterol y mantener saludable la presión arterial.
El Ministerio de Salud también indica que es recomendable hacerse una valoración del riesgo cardiovascular y metabólico. Esta intervención deben realizarla la EPS y su red de prestadores de salud y es un aliado clave para detectar tempranamente enfermedades cardiovasculares en las personas mayores de 18 años.