entrevista
“Vacunados no deben jugar la lotería del covid”: epidemiólogos
Según los expertos, el riesgo de contagio entre quienes ya recibieron las dosis completas, aunque pequeño existe. Ese riesgo se activa cada vez que salen y se exponen al virus. Hay que seguir con el autocuidado.
SEMANA: Cuándo ustedes hablan de que las vacunas protegen hasta cierto porcentaje, ¿eso en la vida diaria qué quiere decir?
Jaime Ordóñez: Que los chances de tener el virus se lo juegan todos los días. Es como jugar lotería. En Colombia el lotero le dice a uno que estos son los números buenos para hoy porque tal y tal numero cayó hace 15 días. Ellos asumen como número bueno un número que lleve días sin caer. Aunque es erróneo, ilustra que en este momento los números están buenos para contagio de covid, para ganarse esa lotería.
SEMANA: ¿Cuáles son las probabilidades?
J.O.: Las probabilidades se dividen en dependientes e independientes. La probabilidad dependiente es que para que un evento suceda debe darse un evento previo. Ejemplo, la probabilidad de morir de covid depende de que me infecte de covid, pero la probabilidad de infectarme de covid es independiente porque no depende de nada, aunque hay factores que aumentan el riesgo. El hecho de que no me haya infectado hoy no significa que mañana sea más poderoso ni menos, ni lo uno ni lo otro. Lo que pasó hoy no tiene nada que ver con mañana.
SEMANA: ¿Cuáles son los que aumentan esa probalidad?
J.O.: Son tres: si está vacunado, con qué me vacune y dónde estoy. Si está con Pfizer en Bogotá esa persona tiene más riesgo de contagio que un vacunado con Pfizer en Washington porque no solo depende de qué vacuna tengo para que me proteja, sino cuál es mi riesgo de infección en el sitio donde estoy. Pero la persona vacunada con Pfizer en Washington tienen más riesgo de contagio que una persona en Finlandia donde la tasa de transmisión es cero. Si tengo vacuna con 95 por ciento de protección pero la mayor parte de gente que me rodea está infectada esa probabilidad aumenta.
SEMANA: ¿Qué hacer entonces?
J.O.: Mientras haya riesgo moderado y alto de infección hay que seguir con la mascarilla
SEMANA: ¿Qué tiene que ver la variante que circula en el lugar donde estoy?
J.O.: Tiene que ver con la cantidad de réplicas que es capaz de sacar. El virus es un inepto, un organismo entre la vida y la muerte, una especie de zombie, porque no puede generar energía propia ni replicarse. Para eso necesita de otros organismos. Cuando entra a la celula, entra al ribosoma a sacar fotocopias y las nuevas variantes lo que hacen es sacar más fotocopias. Tienen capacidad de réplica mayor. No es mayor capacidad de infección sino mayor capacidad de réplica. Y si se replica más, la persona infectada va a infectar a más. Cuando salen las micropartículas de la boca van a llegar más a la otra persona. Dependiendo de si me llegan muchas partículas pues tengo más riesgo.
SEMANA: ¿Por qué se infectan más los jóvenes hoy?
J.O.: Porque el sistema inmune es finito. Con las cepas originales la cantidad de microparticulas no eran muchas entonces le pegaban mas duro a los mayores porque en la medida en que el organismo envejece la repuesta inmune no es la misma. No les alcanzaba esa respuesta. Los jóvenes se infectaban, pero el sistema inmunológico era suficiente para protegerlos. Con variantes con mayor capacidad de réplica la respuesta inmune es insuficiente.
SEMANA: ¿Cada persona vacunada con Pfizer tiene ese riesgo de cinco por ciento?
SEMANA: ¿O sea cada persona, con su vacuna, lleva esa falla consigo mismo?
J.O.: Si. ¿Qué es la tasa de falla? cuántos desarrollan inmunidad y cuantos no. El 5 por ciento de los vacunados Pfizer no la desarrollan. Entonces el riesgo depende de qué tan grave es la situación donde estoy parado.
SEMANA: ¿Por que unas personas desarrollan inmunidad y otras no?
J.O.: Eso pasa con todas las vacunas. Las vacunas manejan eficacias del 60 por ciento. Eso de tener eficacias del 95 por ciento es una novedad.
SEMANA: ¿Y una vez nos infectamos ya estamos a merced de la enfermedad?
J.O.: Si, asi es, ahí no hay vacuna que sirva 100 por ciento. Si te infectó, ya no te protegió, y ahí lo que sigue es el curso de la enfermedad. O te protege o no te protege. 85 por ciento de las personas que se enferman son asintomáticas. De esos 10 por ciento desarrollan síntomas leves. Y del cinco que quedan 3 por ciento desarrollan enfermedad severa. Y dos por ciento se mueren. Ahora, eso se disminuye con las vacunas. Si tiene falla del 5 por ciento, todos estos números van a ser 20 veces menos. ya no será 10 por ciento de síntomas leves sino que será 0.5 individuos; de tres severos serán 0.06 y de dos 0.01. Todo es 20 veces menos.