SALUD
Várices: la vitamina que ayuda a aliviarlas
Es rica en antioxidantes que protegen los vasos sanguíneos de los daños de los radicales libres.
Sensación de cansancio en las piernas, dolor e hinchazón son algunas de las molestias que provocan las venas várices, un padecimiento que afecta principalmente a las mujeres, pero que también se presenta en hombres mayores de 50 años.
Se trata de venas superficiales que sufren una dilatación anormal y pueden variar desde pequeñas vénulas menores de un milímetro de grosor (Teleangiectasias) hasta grandes paquetes dilatados y prominentes que se observan fácilmente en las piernas.
La Fundación Española del Corazón indica que las várices se generan cuando por diversas razones al organismo le resulta imposible hacer que la sangre vuelva con fluidez al corazón, lo que ocasiona que ésta se vaya estancando, y para que tenga sitio, el vaso (la vena) se dilata.
“En un primer momento, si se favorece el retorno venoso dicha dilatación desaparece y la vena vuelve a su situación normal. Pero si dura demasiado esta dificultad de retorno venoso, la vena se dilata de forma permanente”, precisa.
Las várices pueden aparecer en cualquier lugar del organismo, aunque las más frecuentes se generan en las piernas. Datos de esta misma institución indican que este padecimiento afecta a una de cada 10 personas, aproximadamente, y se presentan con mayor frecuencia en mujeres, especialmente por efecto de los embarazos, que empeoran el proceso del retorno venoso.
Las várices tienden a hacerse más grandes con el tiempo, y pueden llegar a ser causa de edemas (hinchazón) en las piernas y úlceras varicosas.
La importancia de la vitamina C
La alimentación es clave para mejorar la condición generada por las várices o para evitarla. En la dieta no deben faltar alimentos que contengan vitamina C. Este nutriente es determinante para cuidar los vasos sanguíneos y evitar la acumulación de sangre especialmente en las piernas.
Esto se debe a su poder antioxidante que le permite proteger y evitar el daño que los radicales libres provocan en las células de las venas y las arterias, manteniéndolas fuertes y elásticas, precisa una publicación del portal Saber Vivir de España.
Según MedlinePlus, sitio web de la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos, esta vitamina es clave para formar una proteína importante utilizada para producir la piel, los tendones, los ligamentos y para fortalecer los vasos sanguíneos.
Todas las frutas y verduras contienen alguna cantidad de vitamina C, pero las que más aportan son las siguientes:
- Melón
- Frutas y jugos de cítricos, como las naranjas y toronjas (pomelos)
- Kiwi
- Mango
- Papaya
- Piña
- Fresas, frambuesas, moras y arándanos
- Sandía o melón
- Brócoli, coles de Bruselas y coliflor
- Pimientos rojos y verdes
- Espinaca, repollo, nabos verdes y otras verduras de hoja
- Papa o patata blanca y la dulce (camote)
- Tomates y su jugo
- Cidrayote
Sin embargo, la C no es la única vitamina que mejora la condición de las várices. La B3, conocida como niacina, ayuda a fortalecer los vasos sanguíneos y mejora el flujo de la sangre. Esta vitamina se puede encontrar en el pollo, las lentejas y la remolacha.
Otra que también aporta es la E, que ayuda a ensanchar los vasos sanguíneos y a que no se creen coágulos. Se puede encontrar en almendras, nueces o tomates; y la K, que es conocida como la de la coagulación. Cuando hay deficiencia de la misma se pueden producir hemorragias internas. Es clave para el proceso de circulación y se halla en alimentos como la lechuga, espinacas y aceite, entre otros alimentos.
¿Cómo prevenir las várices?
Algunos de los consejos y medidas para prevenir esta situación son los siguientes:
- Dormir con las piernas elevadas
- No usar tacones
- No levantar pesas con los pies
- No usar anticonceptivos hormonales
- No fumar
- Si el trabajo o la vida diaria son sedentarios, hay que flexionar piernas y tobillos frecuentemente, levantarse y caminar.
- La actividad física regular disminuye la presión en las venas y alivia las molestias.
- Utilizar medias compresivas proporciona alivio inmediato al mejorar el retorno venoso.
Dependiendo del estado del sistema venoso profundo y de la cantidad y grosor de las venas, existen varios tipos de tratamiento. Por ejemplo, para las vénulas de tres milímetros se utiliza la escleroterapia o inyección de un líquido en las venas varicosas.
Lo aconsejable cuando se tienen problemas de circulación o aparecen várices es siempre consultar con el especialista para conocer el tratamiento a seguir.