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Verduras: ¿cómo conservarlas frescas por más tiempo?
Las verduras contienen vitaminas, minerales y fibra que ayudan a la prevención de enfermedades.
Las frutas y verduras son componentes determinantes en una dieta saludable y equilibrada. El consumo de estos alimentos ayuda a prevenir el desarrollo de enfermedades como las cardiopatías, el cáncer, la diabetes y la obesidad, por lo que su ingesta diaria debe ser una prioridad.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda consumir por lo menos 400 gramos diarios para obtener sus beneficios tanto nutricionales como de salud.
Por otro lado, informes de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), indican que la ingesta insuficiente de estos productos es la causa un número significativo de muertes en el mundo, tanto por cáncer gastrointestinal, como por cardiopatías y accidentes cerebrovasculares.
La Asociación Americana del Corazón, por su parte, recomienda incluir en la alimentación cinco o más porciones de frutas y verduras al día, pues contienen vitaminas, minerales, fibra y muchos otros componentes que cumplen con funciones clave para el buen funcionamiento del organismo, evitando el desarrollo de padecimientos y previniendo los decesos de millones de personas.
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Sin embargo, en el caso de las verduras, en particular, es muy importante ser cuidadosos para que se mantengan frescas y de esta manera aprovechar mejor sus nutrientes y propiedades. También es clave la forma en que se preparan, pues lo recomendable es evitar el uso de grasas y aderezos que puedan perjudicar la salud.
Existen algunos consejos y trucos para mantenerlas frescas por más tiempo. Una de las primeras recomendaciones es que estos alimentos no se deben lavar antes de meterlos en la nevera, sino justo antes de consumirlos. “Si se guardan las verduras húmedas, será más fácil que proliferen las bacterias”, asegura el portal Hogarmanía.
Usar bolsas también es un truco para tener en cuenta. Según el portal Mejor con Salud, utilizar bolsas transparentes con pequeños agujeros ayuda a prolongar la vida útil de este tipo de alimentos, pues este material no solo impide que se mezclen entre sí, sino que, además, evita la proliferación de moho y microorganismos dañinos.
El portal Hogarmanía determina unos consejos específicos para algunas verduras en particular y son los siguientes:
Judías verdes: Estos productos se pueden hervir en agua entre siete y ocho minutos y luego se escurren bien, para posteriormente congelarlas en bolsas aptas para el congelador. Si se opta por la nevera en la parte baja, se deben dejar en una bolsa de plástico perforada.
Berenjenas: Se deben colocar en la parte más baja de la nevera extendidas, sin que queden amontonadas. De este modo se conservarán bien durante una semana aproximadamente. Según Hogarmanía, no se deben envolver en papel ni plástico, ya que impide su respiración. Conviene mantener las berenjenas lo más aisladas posibles, ya que reaccionan con el gas etileno que producen otras verduras y frutas.
Calabacines: Los calabacines se conservan bien en la parte baja de la nevera, en donde pueden mantenerse en buenas condiciones durante aproximadamente tres semanas. Se deben dejar separados de frutas y tomates, ya que es sensible al etileno que desprenden y pueden llegar a alterarse. También se pueden congelar, previamente blanqueados.
Verduras de hoja verde: Los vegetales como espinacas y lechugas se deben guardar en bolsas de plástico o envueltas en papel de celofán en la parte más fría de la nevera, no en el congelador. Lo ideal es que estén secas para evitar que se pudran.
Verduras de raíz: En el caso de verduras como las zanahorias, remolacha y nabos se les deben cortar las hojas de los extremos para que no extraigan la humedad de la raíz. Después, se colocan en bolsas de plástico con agujeros, de modo que permitan que el aire circule dentro de la bolsa, pero sin dejar que se pierda mucha humedad. Se pueden conservar en la parte baja de la nevera hasta por dos semanas.
Pimientos: Se deben meter en la nevera envueltos en plástico. También pueden congelarse. Para ello, se deben pasar unos tres minutos por agua hirviendo en el caso de que tengan la piel dura, para evitar que esta se endurezca aún más con la congelación, indica Hogarmanía. Una vez asados y pelados también se pueden meter al congelador.