SALUD
Visión borrosa por hipertensión: cómo identificar los síntomas
La presión arterial alta genera graves afectaciones en la retina.
La tensión arterial es la fuerza que ejerce la sangre contra las paredes de las arterias, que son grandes vasos por los que circula la sangre en el organismo. Se considera que la persona presenta hipertensión cuando esa presión es demasiado elevada, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Uno de los mayores peligros de la hipertensión arterial es que se trata de una enfermedad silenciosa que no presenta síntomas. Por esta razón, hasta un tercio de las personas afectadas desconocen que sus niveles de tensión son altos y el riesgo que esto implica.
De cuerdo con información del portal Cinfasalud, de España, cuando esta afección no se diagnostica a tiempo y no se trata puede, a medio y largo plazo, causar enfermedades renales, insuficiencia cardíaca, angina de pecho e incluso infarto, problemas de circulación en las piernas, alteraciones de la visión e incluso ictus (accidente cerebrovascular).
Precisamente, una de las mayores afecciones puede darse en los ojos. Cuando la presión arterial se sube es posible que provoque daños en los vasos sanguíneos en la retina, que es la capa de tejido en la parte posterior de estos órganos. La retina se encarga de transformar la luz y las imágenes que ingresan al ojo en señales nerviosas que son enviadas al cerebro.
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Causas
Cuanto más alta sea la presión arterial y mayor sea el tiempo que esta haya estado elevada, más probable será que el daño sea grave, precisa información de la biblioteca médica MedlinePlus.
Las personas, según los expertos, tienen mayor riesgo de daño y pérdida de la visión, cuando también padecen diabetes, por ejemplo. “En pocas ocasiones, la presión arterial muy alta se desarrolla repentinamente. Sin embargo, cuando sucede, puede causar cambios graves en el ojo”, precisa la citada fuente.
Cuando hay hipertensión es muy probable que sucedan otros problemas con la retina, como: daño a los nervios del ojo debido a la circulación deficiente, bloqueo de las arterias que suministran sangre a la retina y bloqueo de las venas que la sacan de la retina. A estas afecciones de les denomina retinopatía hipertensiva.
Síntomas
Este padecimiento no tienen síntomas hasta cuando la enfermedad está avanzada, tal como sucede con los efectos de la hipertensión en otras partes del cuerpo.
En este caso las señales se dan en que la personas puede presentar visión doble, visión débil o pérdida de la misma, además de dolores frecuentes de cabeza. De acuerdo con los especialistas, los síntomas súbitos son una emergencia médica y por tanto se debe acudir al especialista de manera inmediata.
Información de la Clínica Barraquer, en su página web, indica que existen factores que pueden agravar la retinopatía hipertensiva, como son: la arteriosclerosis, la edad avanzada, la diabetes, los niveles altos de colesterol y triglicéridos o el consumo de tabaco, entre otros.
De acuerdo con esta institución oftalmológica, la gravedad de la retinopatía también dependerá del estado previo del árbol vascular retiniano y de la rapidez de instauración de la hipertensión y por ello puede ser un padecimiento crónico o agudo.
La mayoría de los pacientes con retinopatía hipertensiva crónica suelen ser asintomáticos al inicio pero con la progresión de la hipertensión terminan presentando dificultades visuales. En el caso de la aguda, también denominada maligna o acelerada, aparece de forma súbita y se caracteriza por presentar presiones muy altas, fuerte dolor de cabeza y pérdida visual.
MedlinePlus indica que el grado de daño a la retina (retinopatía) se clasifica en una escala de uno a cuatro. En el primer grado es posible que la persona no tenga síntomas; en el dos y tres, se presentan muchos cambios en los vasos sanguíneos, filtración de los mismos e inflamación en otras partes de la retina y, en el cuarto, el paciente presenta hinchazón del nervio óptico y del centro visual de la retina, lo que puede causar disminución de la visión.