Vida Moderna
Visión borrosa por retinopatía diabética: estos son los síntomas de alerta
Esta condición afecta a los vasos sanguíneos ubicados cerca de la retina, obstruyendo el paso de la sangre y formando bolsas que liberan edema.
Una de las consecuencias de la diabetes es que afecta la salud ocular. Si bien los síntomas aparentemente no son peligrosos, es necesario acudir cuanto antes al oftalmólogo para no permitir a la retinopatía tomar fuerza al interior del ojo. Mayo Clinic recopila los síntomas de esta condición.
En primer lugar, la retinopatía diabética es una complicación de la diabetes que afecta los ojos. Es causada por el daño a los vasos sanguíneos del tejido sensible a la luz que se encuentran en el fondo de la retina. Los pacientes con esta condición pueden no tener síntomas graves y solamente experimentar problemas leves.
Sin embargo, no hay que confiarse, debido a que el mínimo indicio es lo que después llevará a mayor complejidad.
Cualquier paciente con diabetes tipo 1 o 2 puede desarrollar este trastorno. Entre más tiempo esté la persona con esta condición y, por consiguiente, menor haya sido su control de glucosa en la sangre, aumentará la probabilidad para que la retinopatía haga de las suyas.
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Como se mencionó anteriormente, puede que los síntomas sean leves y no causen una preocupación. No obstante, hay que prestar atención cuando el organismo experimente las siguientes circunstancias:
- Manchas o hebras oscuras que flotan en la vista (cuerpos flotantes).
- Visión borrosa.
- Visión variable.
- Zonas de la visión oscuras o vacías.
- Pérdida de la visión.
Para prevenir cualquier complicación, lo que recomienda Mayo Clinic es acudir a un oftalmólogo al sentir los primeros síntomas. Esto ayudará a tener un control cuidadoso de la diabetes y, en especial, de la salud visual.
La recomendación es hacerse un examen ocular con dilatación anualmente. Cabe mencionar que las mujeres en condición de embarazo son más propensas a tener retinopatía cuando tienen diabetes, por lo cual acudir al especialista de la salud es más prioritario que en otros casos.
Frente a las causas que ocasionan esta situación, el portal indica que con el paso de los años el nivel de azúcar en la sangre conlleva a la obstrucción en los vasos sanguíneos que alimentan a la retina, impidiendo la correcta irrigación singular. El resultado no esperado es que, dada la dificultad, el ojo intentará desarrollar vías alternas para la circulación, pero poniendo en riesgo la retina.
En ese orden de ideas, hay que tener en cuenta que la formación de la retinopatía se distingue en dos etapas. La primera (conocida como inicial) es la manera más común que ocurre, denominada también como no proliferativa y ocurre cuando los nuevos vasos sanguíneos no se crean correctamente, generando que las paredes formen bultos que terminen sobresaliendo.
El resultado es que, dependiendo de la magnitud, estas se reventarán y derramarán líquido alrededor de la superficie ocular.
Además, los vasos grandes empezarán a dilatarse y deformar al ojo. Este tipo de proliferativa puede avanzar de leve a grave si no se acude con antelación, dándole posibilidad a los bultos de aumentan su contextura. El líquido expulsado es conocido como edema y afecta principalmente a la mácula de la retina, la cual es el eje del ojo.
Por otro lado, la segunda etapa de esta condición es denominada como avanzada y sí contempla una situación de gravedad. Es originada por la retinopatía proliferativa, en especial cuando en su estado leve no es tratada a tiempo. Para esta etapa, los vasos sanguíneos están completamente dañados y cerrados, causando el crecimiento anormal de los nuevos vasos creados como emergencia. Aquellos tubos se forman de manera frágil, por lo cual su ruptura es sencilla y, por consiguiente, la probabilidad de infectar al ojo con edema es más grande. Inclusive, el líquido alcanza el vítreo, una parte central del órgano, ocasionando pérdida de sangre,
Los vasos dañados se transforman hasta convertirse en cicatrices, las cuales serán desprendidas por la parte posterior del ojo. Además, el edema liberado producirá una acumulación de presión en el globo ocular, lo cual implica que los nervios ya se vean afectados y, dependiendo de la magnitud, la complicación puede alcanzar el cerebro.