Vitamina B12: esto le pasaría a su cuerpo si deja de consumirla

Para entender cómo la deficiencia de la vitamina B12 puede afectar el cuerpo humano, es importante partir de qué es. De acuerdo con el National Institute of Health (NIH), entidad a cargo de la biomedicina e investigación de ese país, la B12 es un nutriente que ayuda a mantener en buen estado la sangre y las células nerviosas, y además contribuye a la producción de ADN, el material genético de las células.

Además, este nutriente sirve para prevenir el tipo de anemia conocida como megaloblástica, que al afectar la sangre hace que las personas se sientan cansadas y débiles.

De acuerdo con expertos en salud de la Universidad de Harvard, el adulto promedio debe recibir 2,4 microgramos al día de vitamina B12, que se obtiene de algunos alimentos específicos. Esto porque como la mayoría de las vitaminas el cuerpo no las produce.

De ahí que si no se consume la cantidad necesaria para el cuerpo, se presente la deficiencia de vitamina B12, o que a pesar de ingerir lo necesario, el cuerpo no la absorba.

La insuficiencia de este nutriente puede ocurrir en personas que siguen una dieta vegana, si no toman los complementos vitamínicos necesarios, o en personas de la tercera edad. Además, los expertos señalan que existen casos de personas que después de someterse a cirugías para bajar de peso, comienzan a presentar bajos niveles de la vitamina. Esto sucede porque la operación interfiere con la capacidad del cuerpo para extraer la B12 de los alimentos.

La falta de esta vitamina puede causar, como ya lo mencionamos, anemia, que se manifiesta con la palidez de la piel, sensación de debilidad, fatiga e incluso en casos más severos con dificultad para respirar y mareos.

Otros síntomas que pueden aparecer e intensificarse con el tiempo en ausencia de esta vitamina son palpitaciones del corazón, pérdida de apetito, pérdida de peso e infertilidad. Además, la persona que la padece puede sentir hormigueo en manos y pies. A esto se pueden sumar problemas de equilibrio, depresión, desorientación, demencia, mala memoria y dolor en la lengua.

Afortunadamente esta vitamina B12 se encuentra en una gran variedad de alimentos de origen animal y es agregada en algunos alimentos fortificados. Son buena fuente de ella el pescado, la carne, las aves, los huevos, la leche y algunos productos lácteos, como la leche en polvo y quesos como el suizo, mozzarella, parmesano, brie, entre otros.

Si apunta a los alimentos que son la mejor fuente de esta vitamina, debe incluir en su dieta almejas e hígado de res. Así, al consumirla se beneficiará de mantener un buen nivel de ella en su cuerpo.

Y un buen nivel de la B12 es bueno, ya que contribuye en funciones del organismo como la síntesis de la mielina, es decir, de la sustancia que recubre los nervios, y la síntesis de la acetilcolina, neurotransmisor que sirve para enviar mensajes a otras células como las nerviosas, musculares y glandulares. Sumado a esto, sirve para el desarrollo de las células sanguíneas y la formación de glóbulos rojos, y favorece el buen estado de los huesos.

Aún los científicos están estudiando esta vitamina, para entender su incidencia en la salud, frente a ciertas enfermedades. Por ejemplo, algunas investigaciones señalan que altos niveles de esta tienen un mayor riesgo de cáncer, pero otras muestran que el riesgo de cáncer es mayor en personas con niveles bajos de vitamina B12. Según un artículo de Harvard, se necesitan más pruebas para comprender si los niveles de vitamina B12 afectan o no el riesgo de cáncer.

Se le ha relacionado también con enfermedades cardiacas, incidencia de accidentes cerebrovasculares, demencia y alzhéimer. Pero la verdad es que aún se necesitan más investigaciones y estudios, que ayuden a entender mejor los efectos de la vitamina B12 sobre la función cognitiva. Esto no cambia que hay que consumirla, para prevenir la deficiencia.