Vida Moderna
Yogur: el alimento perfecto para proteger la flora intestinal y la salud del estómago
Los expertos recomiendan optar por yogures naturales, pues estos no contienen azúcar agregada.
La flora intestinal es el conjunto de bacterias que viven en el intestino y la gran mayoría de éstas no son dañinas para la salud, y muchas son beneficiosas, mientras que el estómago es un órgano que forma parte del aparato digestivo y ayuda a digerir los alimentos al mezclarlos con jugos digestivos convirtiéndolos en líquido diluido.
“Se calcula que en el organismo tenemos unas 2.000 especies bacterianas diferentes, de las cuales solamente 100 pueden llegar a ser perjudiciales y a causar infecciones de gravedad”, señaló Mapfre.
En consecuencia, consumir yogur aporta beneficios para proteger la flora intestinal y la salud del estómago, ya que este alimento tiene probióticos y estos ayudan con el equilibrio de la flora intestinal.
De igual forma, los probióticos incrementan la resistencia a infecciones por organismos potencialmente patógenos en el intestino, incrementan el valor nutricional (mejor digestión, incremento de la absorción de vitaminas y minerales), regulan la morbilidad intestinal (alivian la constipación y síndrome del intestino irritable, entre otros), mantenimiento de la integridad de la mucosa intestinal.
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“Los microorganismos que encontramos en el yogur son capaces de regenerar la flora intestinal. Además, las bifidusbacterias presentes en el yogur también estimulan el sistema inmunitario”, le dijo la nutricionista Marta Sanz a La Vanguardia.
Hay que señalar que el yogur tiene otros beneficios, pues es un alimento rico en Vitamina B2, Vitamina A y Vitamina D. Además, aporta pocas calorías y es una buena fuente de calcio. No obstante, la composición nutricional de los distintos yogures puede variar en función de la leche que se haya utilizado (entera o desnatada) y de los componentes que se añadan al yogur, de acuerdo con la Fundación del Corazón.
Asimismo, este alimento es ideal para la prevención y tratamiento de la diarrea en los niños, especialmente la causada por rotavirus, y mejoría de la diarrea en adultos tras la toma de antibióticos, ya que contribuye a que se restablezca la flora intestinal inicial.
Otro beneficio es que aumenta el número de bacterias beneficiosas en el intestino que ayudan a eliminar sustancias tóxicas y carcinógenas y aumenta la producción natural de ciertos tipos de células del sistema inmunitario.
Los expertos recomiendan optar por yogures naturales, pues estos no contienen azúcar agregada. Además, es importante fijarse en el contenido de proteína de un yogur, puede ser la guía para saber que tanto servirá para responder al hambre y evitar el sobrepeso.
Sobre la misma línea, el yogur por su contenido de leche ayuda a que los huesos y los dientes se fortalezcan por el calcio que contiene.
Sin embargo, al igual que los demás tipos de alimentos, la leche y los productos lácteos pueden provocar enfermedades por factores como la contaminación y el crecimiento de patógenos, los aditivos químicos, la contaminación ambiental y la descomposición de los nutrientes que pueden afectar la calidad de la leche.
Además, hay personas que son intolerantes a la lactosa y esto sucede cuando el intestino delgado no produce una enzima llamada lactasa para digerir la lactosa. Los síntomas se presentan frecuentemente de 30 minutos a 2 horas después de consumir productos lácteos y estos pueden ser peores cuando se consumen grandes cantidades. En consecuencia, los síntomas incluyen: distensión abdominal, cólicos abdominales, diarrea, gases (flatulencia) o náuseas.
De todos modos, antes de consumir algún alimento, los expertos recomiendan que cada persona debería consultar primero con un especialista en nutrición para diseñar su dieta de acuerdo con las características específicas de su organismo, ya que de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, la composición exacta de una alimentación variada, equilibrada y saludable estará determinada por las características de cada persona (edad, sexo, hábitos de vida y grado de actividad física), el contexto cultural, los alimentos disponibles en el lugar y los hábitos alimentarios.