Vida Moderna
Así se prepara el té de ruda para mejorar la circulación sanguínea en las piernas
Hay una planta que tiene diferentes compuestos capaces de mejorar la circulación.
La ruda, también conocida como Ruta graveolens, ha sido utilizada durante siglos debido a sus propiedades medicinales. Esta planta ha sido especialmente valorada por sus beneficios en el tratamiento de diversas enfermedades relacionadas con el sistema digestivo, la menstruación femenina, la inflamación y los problemas circulatorios, incluyendo las venas varicosas. A día de hoy, la ruda sigue siendo ampliamente empleada en la medicina natural y en remedios caseros, destacando su uso para aliviar los síntomas de las varices, una afección común en la actualidad.
Propiedades de la ruda para las varices
La ruda es una planta con una variedad de componentes beneficiosos. En el caso de las varices, nos enfocaremos en sus propiedades para tratar este problema debido a su composición. Los beneficios y propiedades de la ruda para las varices se centran principalmente en fortalecer las arterias y venas, así como proteger los capilares, lo que facilita una circulación sanguínea adecuada y previene la aparición de varices.
Además, la ruda también es beneficiosa para las varices existentes debido a sus propiedades antiinflamatorias. Esto proporciona alivio en las piernas, especialmente cuando las venas son prominentes y la zona está inflamada.
La clave radica en su contenido de rutina, un flavonoide conocido por su acción protectora en los capilares. Esto mejora la circulación sanguínea y fortalece los vasos sanguíneos.
En resumen, al usar la ruda para tratar las varices, se pueden prevenir o reducir la aparición de arañas vasculares y varices. También es útil para prevenir hematomas y disminuir las venas varicosas ya existentes.
Infusiones de ruda para las varices
La ruda para las varices puede emplearse de diversas maneras. Una de las más fáciles de preparar y efectivas es tomarla preparando una tisana o infusión de ruda. Para hacer una infusión de ruda para curar las varices, sigue estos pasos:
Ingredientes
- 1 taza de agua grande.
- 1 cucharadita de ruda o menos.
Preparación
- Calentar agua como para preparar una infusión o té, es decir la cantidad de una taza.
- Colocar en una taza las hojas de ruda, no siendo conveniente superar una cantidad equivalente a una cucharadita.
- Cuando el agua esté muy caliente, vertirla en la taza con la ruda.
- Tapar la taza y dejarla reposar entre cinco y diez minutos.
- Pasado este tiempo, la tiene que colar con el fin de retirar las hojas para comenzar ya a beberla o bien dejar que se enfríe porque también es efectiva así.
Puede consumir esta infusión diariamente, pero es importante no abusar, ya que la ruda también tiene algunas contraindicaciones que mencionaremos más adelante. No debe exceder el consumo de dos tazas al día. Para notar mejoras en las varices, basta con tomar una taza al día durante dos semanas, aunque también puede extenderlo hasta tres semanas y luego descansar una semana antes de retomarlo. Es recomendable combinar este remedio con otros para abordar adecuadamente el problema de las venas varicosas.
¿Cómo hacer aceite de ruda para las varices?
Además, existe otra forma de utilizar la ruda para tratar las varices, y es preparando un aceite que se aplica directamente sobre la zona afectada. Esto proporciona alivio y ayuda a reducir la inflamación, ya que la piel puede absorber eficientemente el aceite y aprovechar al máximo sus propiedades.
El aceite de ruda para curar las varices también es fácil de preparar:
- Coger unas hojas de ruda para triturarla y extraer su líquido para lo que deberá estar recién cortada.
- Guardar este líquido y las hojas machacadas en una botella.
- Añadir aceite de oliva a esa botella para que se mezcle con las hojas de ruda.
- Tapar bien el envase para dejarlo reposar aproximadamente un mes.
- Colar el líquido para retirar posibles restos de hojas de ruda y ya está listo para usar.
Para que el aceite de ruda sea más afectivo, es recomendable que lo extienda sobre las piernas dándo un ligero masaje desde los tobillos hasta los muslos y siempre en sentido ascendente para mejorar la circulación sanguínea.