¿Cómo saber si el dolor de rodilla es causado por artrosis?

La artrosis es una enfermedad degenerativa que se presenta en las principales articulaciones del cuerpo y es conocida por ser el principal tipo de artritis. Por lo general, afecta a tres partes del cuerpo: las manos, las rodillas y las caderas.

“Con la artrosis, el cartílago dentro de una articulación empieza a deteriorarse y el hueso subyacente comienza a cambiar. Estos cambios por lo general comienzan lentamente y empeoran con el tiempo. La artrosis puede causar dolor, rigidez e inflamación. En algunos casos, también causa un funcionamiento reducido y discapacidad; algunas personas ya no pueden hacer tareas diarias o trabajar”, explican los Centros Para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC, por sus siglas en inglés).

La artrosis en la rodilla es tal vez una de las más comunes, sobre todo en los adultos mayores, según lo señala la Clínica Universidad de Navarra de España (CUN). No obstante, esa institución indica que también puede afectar a las personas jóvenes que han tenido lesiones previas en sus rodillas.

La aparición de esta artrosis implica que el cartílago que hay en la rodilla se desgasta paulatinamente, lo cual acaba disminuyendo la protección que les brinda a los huesos de esa parte del cuerpo.

“La razón de la gran frecuencia de la artrosis de rodilla, en comparación con otras articulaciones del cuerpo, es por que la rodilla es una articulación ‘de carga’, es decir, tiene que soportar el peso del cuerpo y de los objetos que transportamos, cuando permanecemos de pie o cuando nos desplazamos caminando, corriendo, subiendo o bajando escaleras”, sostiene la CUN.

A su vez, advierte que en la mayoría de los casos cuando la artrosis se presenta en la rodilla tiene un desarrollo lento, algo que se refleja en el dolor que perciben los pacientes, que es paulatino y va incrementándose con el tiempo.

“El síntoma fundamental del paciente con artrosis de rodilla es el dolor. Al principio, el dolor es muy leve, sólo aparece cuando se ha realizado una actividad física muy importante y cede rápidamente con el reposo”, indica la institución médica.

No obstante, conforme la enfermedad va avanzando, la CUN explica que es frecuente que el paciente sufra de dolores cada vez más intensos. Cuando la persona empieza a caminar puede sentir estos dolores, pero empiezan a disminuir cuando ya lleva un tiempo haciéndolo.

“Al dolor se le añade una sensación de rigidez y de dificultad para flexionar y extender la pierna, que es también más intensa después de haber permanecido mucho tiempo en reposo. Otro síntoma es la sensación de chasquido, que se produce al flexionar la rodilla”, agrega la fuente médica.

Y sostiene que puede sentirse un dolor especialmente intenso cuando las personas tratan de subir o bajar las escaleras, intentan ponerse en cuclillas o deben andar en un terreno que no es regular. En los casos en los que las personas presentan cuadros graves de artrosis incluso puede percibirse dolor cuando no hay actividad física.

Incluso, señala que si hay un esfuerzo físico más fuerte de lo habitual existe el riesgo de que el dolor incremente se haga más continuo. En algunos pacientes puede que la rodilla se inflame a raíz de un derrame.

“En los casos en los que se alcanzan fases más avanzadas de la enfermedad, además del dolor, que se hace más continuo e intenso, el paciente sufre una disminución en los movimientos que puede realizar con la rodilla (por ejemplo, no puede flexionar o extender completamente la pierna)”, concluye la CUN.

Y agrega que algunos pacientes pueden tener deformidades en la articulación y desviaciones en los huesos que hacen que la pierna se arquee. A raíz de esto, podría empezar a cojear cuando camina.