Vida Moderna
Tres poderosas plantas con capacidad de antienvejecimiento; ¿cómo se utilizan?
El rostro y cuello son las partes donde primero se perciben lo signos del envejecimiento.
A medida que transcurren los años, estos se van reflejando en la piel, debilidad ósea, aparición de canas y, de forma relativa, en una ganancia o pérdida de masa muscular. Sin embargo, en unas personas más que en otras las transformaciones se evidencian en mayor medida hasta hacerles ver con una edad superior.
Si bien el envejecimiento es un proceso natural del cual nadie está exento, pese a que pueda someterse a numerosas intervenciones quirúrgicas o productos, existen factores que aceleran su llegada. Si estos se tienen en cuenta a tiempo, lo resultados positivos podrían notarse tanto a corto como largo plazo.
De acuerdo con El Español, uno de los principales detonantes es dormir poco y esto también incluye los cambios ‘abruptos’ en el descanso que podrían clasificarse como una mala higiene del sueño. El resultado se percibe con un aspecto ‘apagado’, poros dilatados, pronunciamiento de las ojeras y líneas de expresión.
En adultos, los expertos recomiendan dormir entre siete y ocho horas diarias. Este horario puede acompañarse por otros hábitos como evitar el uso de dispositivos electrónicos poco antes del descanso, no consumir alimentos pesados y procurar que en cada jornada el momento de ir a dormir sea el mismo.
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Plantas con propiedades antienvejecimiento
De acuerdo con el sitio web Cuerpo y Mente, la cúrcuma es una de las plantas con propiedades que retrasan el envejecimiento, dado su efecto antiinflamatorio y antioxidante. Este se puede aprovechar por vía oral, en forma de comprimidos o polvo.
Respecto al segundo efecto, Glamour señala, tras citar el artículo Antioxidants & Redox Signaling, apunta a que puede neutralizar los radicales libres y contribuir a regular lo que se conoce como ciclo circadiano del sueño. Su potencial no solo se vería reflejado en el cuerpo sino también el cabello.
Con ese propósito también se destaca el té verde (procedente de la Camellia) con un potencial inmunoestimulante, hepatoprotector, antialérgico y antioxidante. Portales especializados afirman que actúa ante las radiaciones solares y alivia la sensación de ansiedad o estrés.
De esta hierba se utilizan principalmente las hojas desecadas que, tal como señala Cuerpo y Mente, contienen polifenoles y cafeína (los primeros son distinguidos por su ‘poder‘ antioxidante). La infusión suele ser la forma más común de sacarle provecho.
Otra planta con la cual se podrían combatir los signos de la edad es menos conocida, pero se le atribuyen los mismos beneficios.
Se trata de la ashwagandha, más distinguida en India, Pakistán y Europa. Entre sus ventajas está la producción de colágeno y mejoramiento de la circulación. La plataforma ya mencionada indica que se suele utilizar como un tónico y para controlar los efectos del estrés en la piel.
Otras prácticas para ‘extender’ la juventud
Como se aludió en un comienzo, la apariencia física no está dependiente solo a los productos que se utilicen o sometimiento a intervenciones quirúrgicas. Buena parte está sujeta a un cambio en el estilo de vida que requiere constancia y un compromiso real.
Así como la calidad del sueño juega un papel crucial para acelerar o retrasar las señales del envejecimiento, una dieta balanceada no deja de ser menos importante. El Español sugiere evitar el exceso de azúcares, grasas y procurar comida rica en vitamina C, además de otros nutrientes y minerales que el cuerpo necesita.
Un consejo adicional es no pasar por alto el estrés y sentimientos de depresión o ansiedad, pues sus consecuencias son perceptibles a nivel físico. En ese caso es vital mantener la calma, hacer yoga e inclinarse por la aromaterapia.