Ciencia
Investigación de más de 3.000 galaxias revela datos sobre la evolución del universo
Por fin sale a la luz la investigación del estudio australiano SAMI, que inició en 2013: los científicos han logrado mapear en 3D miles de formaciones estelares.
En 2013, la Universidad de Sídney y el Observatorio Astronómico Australiano se propusieron una titánica tarea: mapear 3.000 galaxias y lo que ocurre en su interior.
El instrumento escogido para esa tarea fue el “Espectrógrafo de Campo Integral Multi-Objeto Sydney-AAO”, conocido coloquialmente como SAMI, conectado al Telescopio Anglo-Australiano de cuatro metros (AAT), que se encuentra en el Observatorio Siding Spring en Nueva Gales del Sur. La idea era desentrañar los desconocidos mecanismos que hacen girar a las galaxias: las razones detrás de que se agrupen de uno u otro modo, o cómo nacen y mueren y se crean las estrellas entre ambos momentos. Ahora, después de siete años de intenso trabajo, sus autores presentan las conclusiones.
La estructura interna de las galaxias, según el estudio, está relacionada con su masa y su entorno al mismo tiempo, de modo que “podemos entender cómo estas cosas se influyen mutuamente”, señala el autor principal, Scott Croom, de la Universidad de Sídney.
El espectrógrafo es operado por la Universidad Nacional de Australia, que permite ver las estructuras internas reales de las galaxias, y “los resultados han sido sorprendentes”, agrega Croom.
No hay dos galaxias iguales, pueden estar aisladas o apiñadas en el denso corazón de los cúmulos galácticos, o en cualquier punto intermedio. “El estudio Sami muestra cómo la estructura interna de las galaxias está relacionada con su masa y su entorno al mismo tiempo, de modo que podemos entender cómo estas cosas se influyen mutuamente”, explica el experto.
Esta bonita galaxia es UGC 2885. Es una galaxia espiral gigante, con un diámetro de 800 000 años-luz, frente a los 120 000 años-luz de la Vía Láctea. Es toda una bestia cósmica, que alberga alrededor de 1 billón de estrellas. Crédito: NASA/ESA/B. Holwerda #FelizLunes pic.twitter.com/ERlDJVcgnZ
— Álex Riveiro (@alex_riveiro) February 1, 2021
Investigaciones basadas en los datos ya conocidos del estudio Sami han revelado algunos “resultados inesperados”. Por ejemplo, un equipo demostró que la dirección del giro de una galaxia depende de las demás galaxias que la rodean, y cambia en función del tamaño de la galaxia.
Otro grupo demostró que la cantidad de rotación de una galaxia está determinada principalmente por su masa, con poca influencia del entorno.
Un tercer grupo examinó las galaxias que estaban reduciendo su producción de estrellas y descubrió que, en muchas de ellas, el proceso comenzó solo mil millones de años después de que se desplazaran a las densas regiones interiores de los cúmulos.
La información reunida ayudará a comprender cuestiones como por qué las galaxias tienen un aspecto diferente según el lugar del universo en el que están, qué procesos impiden que las galaxias formen nuevas estrellas o por qué las estrellas de algunas galaxias se mueven en un disco giratorio muy ordenado, mientras que en otras sus órbitas están orientadas al azar.
La investigación seguirá adelante con el uso de un nuevo instrumento australiano –llamado Héctor– que comenzará a funcionar en 2021, aumentando el detalle y el número de galaxias que se pueden observar.