CIENCIA
Nobel de Física para científicos que descubrieron secretos de agujeros negros
Uno de los ganadores demostró que los agujeros negros son una consecuencia directa de la teoría general de la relatividad de Albert Einstein.
Este martes continúa la temporada de los Nobel con la entrega del premio de Física, que la Real Academia Sueca de Ciencias dividió entre tres científicos que descubrieron secretos sobre los agujeros negros.
La primera mitad es para Roger Penrose, de la Universidad de Oxford, por “el descubrimiento de que la formación de agujeros negros es una predicción robusta de la teoría general de la relatividad”, y la otra mitad para Reinhard Genzel y Andrea Ghez, de la UCLA, “por el descubrimiento de un objeto compacto supermasivo en el centro de nuestra galaxia”.
BREAKING NEWS:
— The Nobel Prize (@NobelPrize) October 6, 2020
The Royal Swedish Academy of Sciences has decided to award the 2020 #NobelPrize in Physics with one half to Roger Penrose and the other half jointly to Reinhard Genzel and Andrea Ghez. pic.twitter.com/MipWwFtMjz
El comité explicó que, por un lado, Penrose demostró que los agujeros negros son una consecuencia directa de la teoría general de la relatividad, mientras que Genzel y Ghez descubrieron que un objeto invisible y extremadamente pesado gobierna las órbitas de las estrellas en el centro de la Vía Láctea, siendo un agujero negro supermasivo la única explicación conocida actualmente.
Sobre el primer estudio, se explica que Penrose, nacido en 1931, uso métodos matemáticos en su prueba de que los agujeros negros son una consecuencia directa de la teoría general de Einstein, quien en realidad no creía que los agujeros negros realmente existieran; esos monstruos superpesados que capturan todo lo que entra en ellos, ni siquiera la luz puede escapar.
Más allá de Einstein
En enero de 1965, diez años después de la muerte de Einstein, el científico demostró que los agujeros negros realmente pueden formarse y los describió en detalle. En su corazón, estos esconden una singularidad en la que cesan todas las leyes conocidas de la naturaleza.
Para demostrar que la formación de agujeros negros es un proceso estable, Penrose necesitaba expandir los métodos utilizados para estudiar la teoría de la relatividad, abordando los problemas de la teoría con nuevos conceptos matemáticos.
El estudio de Penrose fue publicado en enero de 1965 y todavía es considerado como la contribución más importante a la teoría general de la relatividad desde Einstein.
Los agujeros negros, explica el comité del premio, son quizás la consecuencia más extraña de la teoría general de la relatividad.
Cuando Einstein presentó su teoría en noviembre de 1915, mejoró todos los conceptos anteriores del espacio y el tiempo, proporcionando proporcionó una base completamente nueva para entender la gravedad, que da forma al universo a la escala más grande.
Desde entonces, esta teoría ha dado la base para todos los estudios del universo y también tiene un uso práctico en una de nuestras herramientas de navegación más comunes, el GPS.
En cuanto al concepto del agujero negro, este ha encontrado un nuevo significado en muchas formas de expresión cultural, pero para los físicos, son el punto final natural de la evolución de las estrellas gigantes.
Secretos de la Vía Láctea
Reinhard Genzel y Andrea Ghez lideran cada uno un grupo de astrónomos que, desde principios de la década de 1990, se ha centrado en una región llamada Sagitario A* en el centro de nuestra galaxia.
Las órbitas de las estrellas más brillantes más cercanas a la mitad de la Vía Láctea han sido mapeadas con una precisión cada vez mayor. Las mediciones de estos dos grupos coinciden en que un objeto extremadamente pesado e invisible hala varias estrellas, haciendo que se apresuren a velocidades vertiginosas.
Alrededor de cuatro millones de masas solares están embaladas en una región no más grande que nuestro sistema solar.
Utilizando los telescopios más grandes del mundo, Genzel y Ghez desarrollaron métodos para ver a través de las enormes nubes de gas interestelar y polvo hasta el centro de la Vía Láctea.
Estirando los límites de la tecnología, perfeccionaron técnicas para compensar las distorsiones causadas por la atmósfera de la Tierra, construyendo instrumentos únicos y comprometiéndose a la investigación a largo plazo.
“Su trabajo pionero nos ha dado la evidencia más convincente hasta la fecha de un agujero negro supermasivo en el centro de la Vía Láctea”, explican organizadores del galardón.