En el río Manacacías, ubicado en el municipio de Puerto Gaitán (Meta), se liberaron 15 cocodrilos en peligro de extinción, gracias al trabajo realizado por los estudiantes de la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia de la Universidad Nacional.Puede leer: Volvió el caimán al MagdalenaNo fue una tarea fácil ya que los cocodrilos no se pueden liberar en cualquier río. Es necesario tener en cuenta factores como las fluctuaciones de niveles de agua del río, los tipos de bosques y la fauna de la región de Orinoquia para que el caimán llanero o cocodrilo del Orinoco (Crocodylus intermedius) pueda subsistir. El profesor Rafael Moreno, biólogo de la Universidad Nacional y coordinador técnico del proyecto, explica que, “para la liberación de los cocodrilos evaluamos la calidad del ecosistema, la variedad de especies, como mamíferos, chigüiros y otros pequeños como peces y aves acuáticas cercanas del agua, atractivos para los cocodrilos”.Hay muchos ríos en el Meta, sin embargo, los estudiantes escogieron el río Manacacías, por ser parte de la futura área protegida del Orden Nacional y un santuario para la conservación de estos animales.Puede leer: El buen ejemplo de proteger la biodiversidadAl tener claros los lugares habitables para los cocodrilos, comenzaron la liberación en tres conjuntos conformados por un macho y cuatro hembras. Los caimanes se aislaron del resto de los individuos y se alimentaron por especies vivas para acostumbrarlos a su nueva dinámica de vida. Para los estudiantes el momento más difícil fue la movilización de cada uno de los cocodrilos de aproximadamente 200 kilos, lo que implicó un riesgo tanto para el animal como para las ocho personas encargadas de transportarlos desde la Estación Roberto Franco.Del conjunto de caimanes se escogieron tres machos y tres hembras, para monitorearlos con una técnica conocida como telemetría convencional, basada en el seguimiento de frecuencias de radio de los dispositivos implantados en los cocodrilos, con el fin de estudiar el proceso de adaptación.Puede leer: Una expedición histórica por la biodiversidadPara su traslado, se les amarró el hocico a los cocodrilos y se pusieron en unas cajas de transporte diseñadas por los miembros de la estación Roberto Franco. Luego viajaron en camiones de la Policía Nacional rumbo a Puerto Gaitán. Durante el viaje, hicieron dos paradas y los veterinarios analizaban constantemente el estado de salud de los cocodrilos.En el viaje la dificultad más grande fue el calor, que aumentaba la tensión de los caimanes. Por fortuna, la lluvia refrescó el ambiente faltando diez kilómetros para llegar a la zona de liberación en el río.Durante la liberación, los cocodrilos se demoraron en entrar al agua. “Para ellos fue un choque, son animales que han estado en cautiverio y cuando salen a la vida silvestre, reciben una cantidad de información que les cuesta por un momento entenderla, son animales que tienen sentidos tan agudos que hasta el momento están detectando por el tiempo en que estuvieron encerrados”, explica Moreno.Puede leer: Las especies de la pazDurante 12 horas, un equipo de biólogos monitoreaba lo que ocurría luego de la liberación de los caimanes. En la madrugada seguían activos y se encontraban dentro de los primeros 100 metros del área de la liberación.El grupo de investigación de la estación Roberto Franco tiene como objetivo proteger estas especies amenazadas. En la actualidad hay menos de 250 caimanes llaneros adultos en el país y su estado de conservación es alarmante. Con la liberación de estos 15 cocodrilos se espera su pronta reproducción.