La mejor fruta para limpiar las arterias y facilitar la circulación sanguínea

El consumo regular de frutas es una de las mejores estrategias para conservar la salud de las arterias y los vasos sanguíneos y de esta forma mantener una buena circulación de la sangre, proceso clave en el buen funcionamiento del organismo.

El Instituto Nacional del Cáncer de Estados Unidos define la circulación como el movimiento de la sangre por todo el cuerpo, transportando oxígeno, nutrientes y otras sustancias importantes que van desde el corazón hasta el resto de las células, tejidos y órganos.

Este proceso es vital para garantizar una vida saludable. Sin embargo, en ocasiones no se genera de manera indicada. Factores como una alimentación malsana, el sedentarismo y el consumo de alcohol y de tabaco inciden de manera negativa poniendo en riesgo la salud del corazón.

Esto lleva a que las arterias se taponen y es lo que se conoce médicamente como aterosclerosis, que es un padecimiento que afecta a millones de personas en el mundo.

El instituto de investigación Mayo Clinic precisa que la ateroesclerosis es la acumulación de grasas, colesterol y otras sustancias dentro de las arterias y en sus paredes. A esto se le llama placa y es precisamente la que puede provocar el estrechamiento de estos conductos y el bloqueo del flujo sanguíneo. También puede reventarse y formar un coágulo de sangre.

Granada para limpiar las arterias

La alimentación es clave en el proceso de mantener limpias las arterias y los vasos sanguíneos y en ella no deben faltar las frutas. Una de las más recomendadas es la granada. Esto se debe, según una publicación de la revista Mejor con Salud, escrita por Yamila Papa Pintor, a que es una buena fuente de antioxidantes, lo que ayuda a evitar que se formen placas en las paredes de las arterias.

De acuerdo con la citada fuente, la oxidación del colesterol LDL, conocido como malo, en las paredes de las arterias es uno de los factores desencadenantes de la acumulación de placa. De ahí la importancia de aportar compuestos antioxidantes que permitan contrarrestarlo.

Uno de los principales antioxidantes de la granada son los polifenoles. Otra publicación de esta misma revista, en este caso escrita por Valeria Sabater, indica que existen diversos estudios que han mostrado evidencia científica de que una dieta rica en polifenoles es muy beneficiosa para el sistema cardiovascular, debido a que aportan efectos vasodilatadores.

Por esta razón, una de las formas de tratar arterias obstruidas es ingerir el zumo de granada, ya que favorece la limpieza de los depósitos de grasa, evita la rigidez de estos conductos y reduce la aterosclerosis. Además, es una fruta que contiene elagitaninos y antocianidinas que optimizan la función cardíaca gracias a su alto poder antioxidante.

Otras frutas saludables para las arterias

Otra fruta que puede incluirse en la dieta con el fin de limpiar las arterias y vasos sanguíneos es la mandarina. De acuerdo con investigadores de la Universidad de Ontario Occidental (Canadá), esta fruta contiene una sustancia denominada nobiletina, un tipo de flavonoide que no solo previene la obesidad, sino que también protege frente a la diabetes tipo 2 y la aterosclerosis (placas en las arterias).

El estudio, ejecutado con ratones, confirma que la nobiletina actúa contra la acumulación de placa, lo que reduce considerablemente las posibilidades de padecer un infarto de miocardio o un ictus cerebral, según indica la Fundación Española del Corazón.

Sin embargo, no es únicamente la fruta la que puede ayudar en este propósito, sino que la cáscara puede resultar favorable. Un artículo publicado en el diario El Universal, de México, asegura que la cáscara de este cítrico protege contra las enfermedades del corazón debido a que en ella también hace presencia el compuesto nobiletina.

Una opción más es el aguacate. Esta fruta se caracteriza por su alto contenido de ácidos grasos y antioxidantes que combaten los radicales libres, evitando la oxidación de las grasas en las arterias. Comer una pieza al día disminuye los niveles de lípidos en el cuerpo, previniendo el desarrollo de afecciones en el corazón, de acuerdo con análisis realizados por la Universidad Tufts.