Várices: la verdura que alivia las piernas y mejora la circulación de la sangre

Las venas varicosas, también conocidas como várices, son aquellas que aparecen en las piernas y suelen ser agrandadas y/o retorcidas, debido a la acumulación de sangre que se genera en una zona. Según la Clínica Mayo, cuando las válvulas se dañan, permiten que el flujo sanguíneo se devuelva, lo que provoca esta afección. En algunas ocasiones, no causa dolor, pero sí molestias estéticas y se vuelven un detalle incómodo.

No obstante, de acuerdo con información que comparte el portal especializado, los antecedentes familiares, la obesidad y el envejecimiento elevan las probabilidades de este problema circulatorio. Agrega que, “con el tiempo, este desgaste hace que las válvulas permitan que la sangre regrese a las venas, donde se acumula”.

Ante esta clase de afecciones en las extremidades, existen alternativas naturales para manejarlas y contrastar los resultados en la piel. Estos remedios caseros se pueden basar en alimentación y productos con porpiedades para ayudar al cuerpo.

Este es el caso del tomate, que es un alimento conocido normalmente como un vegetal o verdura, pero en realidad se trata de una fruta que le ofrece una importante cantidad de beneficios medicinales al organismo, si se consume con regularidad y en el marco de una dieta saludable y equilibrada, acompañada de la práctica de ejercicio.

Es un producto que tiene propiedades diuréticas, antiinflamatorias y antioxidantes, que ayudan a prevenir el desarrollo de enfermedades, como cáncer de próstata, infarto de miocardio y osteoporosis, según información del portal de bienestar Tua Saúde.

El tomate se puede consumir en su propio estado, es decir, crudo. También suele ser el ingrediente de una gran cantidad de ensaladas. Se puede conseguir con facilidad en cualquier supermercado de barrio. Su ingesta debe ser moderada, sin llegar a un exceso.

De acuerdo con lo que menciona el portal Mundo, el tomate es considerado un gran aliado para la circulación, mejorándola por el hierro, que es imprescindible para la sangre. Adicional a esto, las vitaminas C, E y K regulan la coagulación, beneficiando también la estabilidad de esta parte del cuerpo.

En cuando a las várices, este fruto ayuda a aliviarlas en las piernas, debido al mencionado lipoceno, el cual funciona como un antiinflamatorio por el poder antioxidante que carga. No obstante, los expertos de VARIcentro apuntan que “las semillas de los tomates y la pulpa de su alrededor contienen una sustancia que actúa como potente antiagregante plaquetario. Si consumimos cuatro tomates diarios, evitaríamos la formación de coágulos en hasta un 72 % y mejoraríamos, además, el retorno venoso”.

Uno de los métodos para combatir este problema de circulación es ubicando rodajas de tomate sobre las venas varicosas, sujetándolas con una tela y dejar que actúe por unos 30 minutos, aproximadamente. Luego se aplica agua abundante, retirando lo que dejaron las semillas de este producto natural.

Por otra parte, el portal Cuerpo Mente asegura que consumir 200 gramos de esta fruta cubre el 80 % de las necesidades diarias de vitamina C, el 27 % de las de la A y el 13 % de la vitamina E. Las tres previenen la degeneración de los tejidos, el envejecimiento prematuro y aportan para cuidar y proteger el sistema inmunológico.

Es fuente de vitaminas C, A, E, potasio y licopeno, un potente antioxidante que ayuda a proteger las células del cuerpo de los efectos dañinos de los radicales libres, precisa la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos.

De otra parte, en comparación con otras frutas y hortalizas, el tomate no es un alimento con alta cantidad de fibra (1,8 %), pero las semillas, la pulpa y la piel son suficientes para ayudar con el tránsito intestinal. En la larga lista de beneficios que le ofrece al cuerpo es que ayuda a cuidar la salud del corazón, debido a que es bueno para la circulación y regula la presión arterial.