Canas: ¿Es verdad que su aparición evita la caída del cabello?

La aparición de las canas no tiene que ver únicamente con el envejecimiento, también obedece a otros factores como el estrés. Hay cuatro tipos de canicie: fisiológica, prematura, anular y poliosis.

La canicie fisiológica es la que se relaciona con el proceso de envejecimiento, en la cual las canas aparecen primero en la sienes y luego se extienden hacia el resto de la cabeza. Entre tanto, la segunda, la canicie prematura, suele aparecer antes de cumplir los 20 años de edad e incluso en la infancia.

La canicie anular salta a la vista cuando las canas aparecen de manera aislada y dispersa por toda la cabeza, aunque también pueden formarse mechones de pelo blanco. Por último, la poliosis se caracteriza por la aparición de canas en zonas muy localizadas formando una mancha blanca, ya sea en la cabeza, las cejas o las pestañas.

Un estudio publicado por The National Institute of Health de Estados Unidos reveló que la aparición de las canas está relacionado con el envejecimiento, ante la falta de melanina, el pigmento que le da color tanto al cabello como a la piel, el iris del ojo y el vello corporal.

En contraparte, el estudio ‘Mapeo cuantitativo del envejecimiento y la reversión del cabello humano en relación con el estrés de la vida’, publicado en la revista científica eLife, destaca que no solo el envejecimiento incide, sino que esos cabellos blancos también pueden aparecer debido al estrés.

Lo cierto es que la aparición de estos cabellos blancos es uno de los mayores temores de algunas personas y en torno a este tema confluyen varios mitos y verdades. El más común de ellos es que la aparición de las canas evita la caída del cabello, una afirmación a la que no se le puede creer: es falsa.

Por un lado, la aparición de las canas obedece a la falta de melanina, la falta de pigmentación en la estructura del cabello, mientras que la caída del cabello tiene que ver con el ciclo capilar. Las dos están en la cabeza, sí, pero nada tiene que ver la una con la otra. Ni las canas evitan la caída del cabello ni la caída del cabello previene las canas.

Para evitar la llegada de las canas o eliminarlas hay cientos de productos en el mercado e incluso recetas caseras. También hay vitaminas que se pueden consumir para evitar que estos cabellos blancos aparezcan, o al menos retardar su llegada.

La vitamina B o complejo B, como también se le conoce, se encuentra presente en la zanahoria, el coliflor, el pescado, la carne de res y el pollo. Su consumo ayuda para evitar la aparición de las canas y a reducir los niveles de azúcar en la sangre, dos razones para potenciar la ingesta de esta vitamina.

Alimentos ricos en vitamina B5 como la leche, el huevo, el pollo, el pescado, el brócoli y el aguacate también convienen, pues esta vitamina contiene múltiples bondades para mejorar la tonalidad del cabello y de la piel, sin dejar de mencionar sus características para curar heridas y evitar cicatrices.

Otra vitamina que puede ser incluida en la dieta para evitar la aparición de las canas es la vitamina B1, que ayuda con la producción de melanina, mejora el metabolismo y el funcionamiento del sistema nervioso. La puede encontrar consumiendo nueces, semillas, pasas, maíz y legumbres, entre otros alimentos.

Mascarilla con bicarbonato de sodio para eliminar las canas

Solo necesita bicarbonato de sodio y un poco de agua. Debe tomar media taza de cada uno de los ingredientes y mezclarlos en un recipiente hasta obtener una pasta muy densa la cual debe ser aplicada sobre el cabello de forma homogénea, reseña Tododisca.

Esta preparación debe dejarse sobre el cabello durante 10 minutos para que actúe, posterior a ese proceso, asegúrese de lavar muy bien el cabello, ayudándose con champú, hasta tanto no quede rastro alguno de la mezcla. Es importante enjuagar muy bien el cabello y el cuero cabelludo y se cerciore de haber retirado por completo la mezcla, pues de quedar restos de bicarbonato de sodio en el cuero cabelludo, podrían aparecer descamaciones y eccemas.

El portal recomienda que este proceso sea repetido durante una semana –teniendo las debidas precauciones de lavado– para notar los resultados con rapidez.