SALUD
¿Cómo mantener sanos los pulmones? Estas son las recomendaciones que dan los expertos
La Asociación Americana del Pulmón enumera seis signos de alerta que pueden desembocar en enfermedades pulmonares.
La contaminación, el consumo de tabaco y la exposición a productos químicos son las causas que más suelen relacionarse con los problemas pulmonares. Lo anterior sin dejar de lado algunas enfermedades que no necesariamente obedecen a estos factores como lo es la covid-19, un virus que se propaga con facilidad y que ataca directamente al sistema respiratorio.
De acuerdo con la Asociación Americana del Pulmón, una dieta saludable, dejar de fumar y hacer ejercicio son algunas de las medidas tempranas que pueden tomar las personas para mantener los pulmones sanos.
A la par, la organización destaca seis signos de alerta que pueden desembocar en una enfermedad pulmonar –incluida la epoc–, el asma y el cáncer de pulmón que deben tener en cuenta las personas. Si presenta alguno de ellos, es prudente que acuda al médico para una revisión de los pulmones.
- Tos crónica. Una tos que ha tenido durante ocho semanas o más se considera crónica. Este es un síntoma temprano importante que le indica que algo anda mal con su sistema respiratorio.
- Dificultad para respirar. No es normal experimentar dificultad para respirar que no desaparece después de hacer ejercicio o que tiene después de poco o ningún esfuerzo. La dificultad para respirar, la sensación de que es difícil inhalar y exhalar, también es una señal de advertencia.
- Producción crónica de moco. El moco, también llamado esputo o flema, es producido por las vías respiratorias como defensa contra infecciones o irritantes. Si su producción de moco ha durado un mes o más, esto podría indicar una enfermedad pulmonar.
- Sibilancias. La respiración ruidosa o las sibilancias son una señal de que algo inusual está bloqueando las vías respiratorias de los pulmones o haciéndolas demasiado estrechas.
- Tos con sangre. Si tose sangre, puede provenir de los pulmones o del tracto respiratorio superior. Venga de donde venga, indica un problema de salud.
- Dolor de pecho crónico. El dolor de pecho inexplicable que dura un mes o más, especialmente si empeora al inhalar o toser, también es una señal de advertencia.
¿Cómo mantenerlos sanos?
Hay numerosos alimentos que se pueden incluir en la dieta para empezar a llevar una vida sana y cuidar de los pulmones. Dieta que los expertos recomiendan que sea acompañada de ejercicio, dedicarle algunas decenas de minutos al entrenamiento físico, el yoga o la meditación para sentirse bien y gozar de buena salud.
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El consumo de aminoácidos como la glutamina y arginina ayudan con la composición de las proteínas. Estos se pueden encontrar en los pescados, huevos y lácteos. Un estudio publicado en la revista Nutrients dice que la glutamina (Gln) disminuye la inflamación pulmonar y reduce el tiempo de hospitalización en las personas que son sometidas a cirugías.
Javier Martínez, nutricionista del Policlínico HM Moraleja (Madrid, España) y creador del método Equidieta, asegura que el consumo de una dieta rica en antioxidantes naturales es fundamental para reducir la inflamación, reforzar el sistema inmune y prevenir el envejecimiento celular que lo debilita, sobre todo en el caso de los adultos mayores.
En ese sentido, verduras como los pimientos, brócoli, coliflor, calabaza y cebolla; frutas como zanahoria, naranja, melocotón, mandarina, tomate, sandía, papaya, naranja, kiwi, limón, melón, fresas, moras, arándanos, uvas y manzanas; el aceite de oliva virgen, el té verde y blanco, y el café son ricos en antioxidantes.
Los ácidos grasos omega-3 son componentes importantes de las membranas que rodean cada célula en el organismo, por lo cual la importancia de su consumo. El Instituto Nacional de Salud de Estados unidos (NIH, por su sigla en inglés) destaca que estos ácidos se encuentran en el pescado y otros mariscos (especialmente pescados grasos de agua fría, como salmón, caballa, atún, arenques, y sardinas); alimentos fortificados (como ciertas marcas de huevos, yogur, jugos, leche, bebidas de soya y fórmula infantil); nueces y semillas (como semillas de linaza, de chía y nueces negras), y aceites de plantas (como aceite de linaza, aceite de soya y aceite de canola).