VIDA MODERNA
Dermatitis atópica: cómo aliviarla con remedios naturales
El gel de aloe vera, el vinagre de manzana y el aceite de coco pueden ayudar a mejorar reducir la picazón y mejorar la condición de la piel.
Esta afección está generada por un trastorno cutáneo prolongado (crónico) que consiste en erupciones pruriginosas y descamativas. La dermatitis atópica es un tipo de eccema que se debe a una reacción en la piel, la cual puede provocar picazón, hinchazón y enrojecimiento continuos.
Las personas con esta problemática pueden ser más sensibles debido a que su piel carece de proteínas específicas que mantienen la barrera protectora contra el agua, según indican especialistas de MedlinePlus.
Es un padecimiento que es más común en bebés. Puede comenzar incluso a la edad de 2 a 6 meses. Muchas personas lo superan con el tiempo a comienzos de la vida adulta.
Hay factores que pueden empeorar los síntomas de la dermatitis atópica como, por ejemplo, las alergias al polen, el moho, los ácaros del polvo o los animales, resfriados y aire seco, gripe, contacto con materiales irritantes y químicos, piel reseca, estrés emocional, resecamiento de la piel por tomar baños o duchas frecuentes, enfriarse o acalorarse demasiado, al igual que cambios súbitos de temperatura y el uso de perfumes o jabones que no sean suaves con la piel.
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Algunos remedios caseros pueden ayudar a aliviar esta dermatitis. El gel de aloe vera y el aceite de coco, pueden hidratar la piel seca y rota. También pueden combatir la inflamación y las bacterias dañinas para reducir la hinchazón y prevenir una infección.
1. Gel de aloe vera: Las investigaciones científicas han demostrado que este gel es antibacteriano, antimicrobiano, fortalece el sistema inmunológico y cicatriza las heridas. Sus efectos antibacterianos y antimicrobianos pueden prevenir infecciones de la piel, que suelen ocurrir mayormente cuando una persona tiene la piel seca y agrietada.
Las propiedades de cicatrización de heridas del aloe pueden aliviar la piel lacerada y promover la curación. Lo ideal es tomarlo directamente de la planta, sacar el cristal de la hoja y aplicarlo directamente en la zona afectada. Se puede comenzar con una pequeña cantidad de gel para comprobar la sensibilidad de la piel, pues a veces puede causar ardor o picazón. Sin embargo, en general es seguro y efectivo para adultos y niños.
2. Vinagre de sidra de manzana: Según la Asociación Nacional de Eccema (National Eczema Association, NEA) este vinagre puede ayudar con la afección. Sin embargo, recomiendan tener precaución, ya que los ácidos del vinagre pueden dañar los tejidos blandos.
Los estudios han encontrado que el vinagre de sidra de manzana puede combatir las bacterias, como Escherichia coli y Staphylococcus aureus. Su uso podría evitar que la piel lacerada se infecte, pero debe aplicarse siempre diluido en agua.
3. Baños. El baño es una parte importante del tratamiento del eccema. Cuando una persona tiene una afección cutánea, su piel necesita humedad adicional porque la capa externa no protege como debería. Para algunos, bañarse con frecuencia puede resecar la piel y empeorar el eccema. Esto puede ocurrir cuando: el agua está demasiado caliente o fría, se usa el jabón equivocado y no se usa hidratante después del baño, indica un artículo de Medical News Today.
Una ducha larga y caliente puede eliminar los aceites naturales y la humedad de la piel. Lo recomendable es tomar duchas más cortas y mantener el agua a una temperatura tibia, no caliente. Aplicar una crema hidratante luego de salir del baño es recomendable.
4. Aceite de coco. Este producto contiene ácidos grasos saludables que pueden agregar humedad a la piel, lo que puede ayudar a las personas con piel seca y eccema. Además, el aceite de coco virgen puede proteger la piel al combatir la inflamación y mejorar la salud de la barrera cutánea.
5. Miel: La miel es un agente antibacteriano y antiinflamatorio natural y las personas lo han usado para curar heridas durante siglos. Las conclusiones de un análisis científico confirman que la miel puede ayudar a sanar heridas y aumentar la función del sistema inmunológico, lo que significa que le aporta al cuerpo para combatir las infecciones. Lo ideal es frotar un poco de miel en el área afectada.
Los alimentos antiinflamatorios incluyen: pescado, vegetales de hoja verde, frijoles y lentejas, frutas coloridas, vegetales, cúrcuma y canela, mientras que los inflamatorios comunes incluyen lácteos, huevos, soja y trigo. Lo ideal es intentar eliminar algunos de estos de la dieta y llevar un diario de alimentos para ayudar a identificar qué alimentos podrían generar problemas.
Estos remedios naturales pueden ayudar, pero no reemplazan ningún tratamiento médico, por lo que lo aconsejable es siempre consultar al especialista para tener el claro el camino a seguir y cómo tratar este padecimiento.