VIDA MODERNA
Displasia de cadera: estos son lo síntomas y causas
Si esta afección se diagnostica durante la primera infancia, el problema se puede corregir con un dispositivo de inmovilización blando.
La displasia de cadera es el desarrollo anormal de la unión que hay entre la cabeza del fémur y la cavidad de la cadera donde encaja. Como consecuencia se produce un desplazamiento de la cabeza de este hueso hacia fuera.
El hueso se puede salir de la cavidad de manera intermitente por inmadurez o de manera permanente y es lo que se conoce como cadera luxada. La mayoría de las personas que tienen esta afección nacen con ella.
Un artículo de la Clínica Imbanaco indica que en Colombia se presenta una incidencia de 10.9 por cada 1.000 recién nacidos vivos. La mayor incidencia ocurre en bebés primogénitos de sexo femenino con antecedentes de un familiar cercano con este trastorno, según estudio del Stanford Children’s Health.
Si la displasia de cadera se diagnostica durante la primera infancia, el problema se puede corregir con un dispositivo de inmovilización blando, el cual se utiliza el tiempo que sea necesario dependiendo de la evolución.
Tendencias
Es posible que en los casos de displasia de cadera leve los síntomas no se manifiesten hasta que la persona sea adolescente o adulto joven. También es probable que en los niños mayores y los adultos jóvenes sea necesario realizar una cirugía para mover los huesos a las posiciones adecuadas para que el movimiento de las articulaciones sea suave.
Los signos y síntomas varían según la edad. En los bebés, se podría observar que una pierna es más larga que la otra. Cuando un niño empieza a caminar, puede desarrollar cojera. Durante el cambio de pañales, una cadera puede ser menos flexible que la otra y el espacio entre las piernas puede parecer más ancho de lo normal, indica Stanford Children’s Health.
Dolor
En adolescentes y adultos jóvenes, la displasia de cadera puede ocasionar complicaciones dolorosas, como osteoartritis o desgarro. Esto puede causar dolor en la ingle asociado a la actividad. Incluso, en algunas oportunidades las personas pueden experimentar una sensación de inestabilidad en la cadera.
Dentro de las causas más comunes, según los especialistas, están que en el momento del parto, la articulación de la cadera está formada por un cartílago blando que progresivamente se endurece hasta formar el hueso. La parte cóncava y la convexa de la articulación necesitan encajar bien, ya que actúan como moldes una para la otra. Si la parte convexa no se asienta firmemente en la cóncava, esta no se formará completamente y no se volverá lo suficientemente profunda, según Mayo Clinic.
Otra de las razones es que durante el último mes antes del parto, el espacio dentro del útero puede tornarse tan reducido que la parte convexa de la articulación de la cadera se sale de la posición correcta, lo que hace que la parte cóncava no sea tan profunda.
Los factores que pueden reducir la cantidad de espacio están relacionados con que sea el primer embarazo o que el bebé sea muy grande, indica la Clínica Las Condes.
Factores de riesgo
La displasia de cadera tiende a transmitirse de forma hereditaria y es más común en las mujeres. El riesgo de presentar esta afección también es mayor en los bebés que nacen en posición podálica, que significa que una pierna está más abajo sobre el cuello uterino de la madre.
Según el portal Familia y Salud, el tratamiento para esta afección depende del momento del diagnóstico y de su gravedad. Cuanto antes se inicie, mayor es la posibilidad de una buena respuesta y una curación completa.
Si este padecimiento no se trata adecuadamente puede generar complicaciones cuando las personas son adultas, pues la displasia de cadera puede dañar el cartílago blando (labrum) que bordea la cavidad de la articulación de la cadera. A esto se le denomina “desgarro del labrum de la cadera”.
La displasia también puede hacer que la articulación sea más propensa a desarrollar osteoartritis. Esto se produce porque hay más contacto que ejerce presión sobre una superficie menor de la cavidad. Con el tiempo, esto desgasta el cartílago blando de los huesos que los ayuda a deslizarse unos con otros cuando la articulación se mueve.