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Vida Moderna

¿El whisky puede aliviar el resfriado?: esta es la verdad sobre el popular remedio casero

Los virus que causan los resfriados se pueden propagar de persona a persona por el aire y el contacto personal cercano.

11 de febrero de 2021

La doctora Stella M. Cuevas aseguró que existen más de 100 virus que pueden causar resfriados y que se pueden contagiar a través del aire o por tocar superficies contaminadas y después tocarse la cara.

Asimismo, señaló que los síntomas de un resfriado duran entre cinco y siete días, y que los principales son: dolor de cabeza y de garganta, cansancio, secreción nasal, disminución del olfato y del gusto, ojos llorosos, entre otros.

Sin embargo, estos síntomas se pueden confundir con los de coronavirus ya que son similares, pero no iguales (fiebre, tos seca, cansancio, falta de aire, dificultad para respirar, dolores musculares, escalofríos, dolor de garganta, de cabeza o de pecho).

De hecho, existen muchas creencias y mitos sobre algunos remedios que ayudan a aliviar los síntomas del resfriado, como tomar una taza de whiskey caliente con limón, miel, clavo y canela.

“Si bien una bebida caliente no necesariamente puede curar un resfriado o detenerlo en seco, se sabe que los ingredientes de la bebida tibia alivian los síntomas del resfriado”, le dijo el doctor David Greuner, cirujano de NYC Surgical Associates, a Fatherly.

No obstante, varios estudios han revelado que el agua caliente ayuda a aliviar la congestión nasal, que la miel es buena para el dolor de garganta y para la tos, y que el jugo de limón mejora la flema.

Pero, para la doctora Elisa Berhmann, neumóloga del Hospital Alemán, “es bastante divertido lo que la gente piensa y cada cultura le pone a la bebida que está en sus raíces efectos beneficiosos para la salud”.

“También hay gente que piensa que utilizar jengibre, limón y miel ayuda a combatir el resfriado. Parecería que pudiera ser bueno, pero todavía no hay evidencia científica que respalde que tiene un efecto concreto positivo”, añadió.

Asimismo, agregó: “El alcohol es un diurético que extrae los líquidos del cuerpo, así que hay que tomar muchas bebidas no alcohólicas, como el agua”.

Por su parte, la doctora Janette Nesheiwat dijo: “Potencialmente, estamos agregando un factor de estrés adicional a nuestro cuerpo. Corremos cuesta arriba y se vuelve más empinado cuando se agrega alcohol”.

“El alcohol puede provocar náuseas, deshidratación, estreñimiento, dolores de cabeza, sequedad de boca, fatiga. ¿Realmente queremos todo eso además de un resfriado?”, agregó.

Sin embargo, a la fecha aún no existen curas para el resfriado común, pero se pueden tratar con medicamentos de venta libre que reducen los síntomas o con remedios caseros.

Por su parte, descansar y dormir bien ayudan a que el sistema inmune responda mejor ante el ataque viral. Evitar los cambios de temperatura, estornudar por encima del brazo y usar la ropa adecuada para proteger el cuerpo del clima son sugerencias que conviene poner en práctica.

Asimismo, si está enfermo, limite lo más que pueda el contacto con otras personas para evitar contagiarlas, lávese las manos frecuentemente con agua y jabón. Si no hay agua y jabón disponibles, use un desinfectante de manos a base de alcohol, evite tocarse los ojos, la nariz y la boca.

Los microbios se propagan de ese modo, limpie y desinfecte las superficies y los objetos que puedan estar contaminados con microbios como los de la influenza, entre otros.

Finalmente, los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) indicaron algunas maneras en que puede sentirse mejor mientras su cuerpo combate un resfriado:

1. Descanse mucho.

2. Tome mucho líquido.

3. Use un humidificador limpio o un vaporizador de aire frío.

4. Utilice una solución salina en aerosol o gotas.

5. En niños de corta edad, succione la mucosidad con una pera de goma.

6. Inhale vapor de un recipiente con agua caliente o de la ducha.

7. Chupe pastillas para la tos o el dolor de garganta. No les dé pastillas a niños menores de cuatro años.

8. Use miel para aliviar la tos en adultos y niños de al menos un año o mayores.