VIDA MODERNA
Estos son los daños a su salud que causarían el enojo o la ira constante
No canalizar los sentimientos de rabia puede desencadenar enfermedades como hipertensión arterial, gastritis, colitis y dermatitis.
Expresar sentimientos de rabia o de ira constante puede ocasionar enfermedades. Estudios han advertido sobre esta situación y aseguran que al no canalizar esas emociones se provocan contracturas, dolores musculares y jaquecas. Peor aún, se aumenta el riesgo de padecer hipertensión arterial o algunas patologías como gastritis, colitis y dermatitis.
Si bien es normal enojarse de vez en cuando, hacerlo de forma frecuente puede impactar negativamente a las personas que lo rodean y también repercute perjudicialmente al organismo.
Según explica la Asociación Chilena de Seguridad (ACHS) en su página web, el enojo se basa en una función básica e instintiva de los seres humanos, que está encaminada a responder agresivamente ante posibles amenazas, y puede variar desde una leve irritación hasta la violencia desatada.
“Al no controlar correctamente emociones como la ira, no sólo se afectan las relaciones sociales y personales, sino que también se generan consecuencias nocivas para la salud”, advierte la organización.
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Aseguran que la ira o la agresividad en una persona provoca efectos directos en el funcionamiento del corazón, razón por la cual también se considera que el estrés está fuertemente ligado a enfermedades cardiovasculares.
¿Qué sucede en el organismo cuando estamos enojados?
Algunos de los efectos que enumeran los especialistas es que aumenta la presión sanguínea, y con el tiempo esto puede provocar el deterioro de las arterias. Se eleva el pulso cardiaco y se genera taquicardia. Aumenta la producción de sustancias químicas como la adrenalina, lo que altera el equilibrio natural del cuerpo. Además añaden que se desequilibra el sistema inmunológico, y se acelera la respiración, provocando que el corazón bombee con más intensidad.
La Asociación Chilena de Seguridad (ACHS) ofrece seis consejos para controlar la ira y cuidar la salud física y mental. Precisan ciertas técnicas que pueden ayudar a controlar de mejor forma las emociones para enfrentar los momentos difíciles con más calma:
1 Recurra a técnicas de relajación: Respirar consciente y profundamente permite que se relajen los músculos y se sienta más calmado. También es útil repetir frases positivas que ayuden a cambiar la actitud frente al problema.
2 Tómese un tiempo para responder: Aconsejan que siempre piense lo que va a decir y no actúe de forma instintiva. Si lo necesita, retírese del lugar del problema, tómese un tiempo, respire profundo, recupere la tranquilidad y vuelva a enfrentar la situación.
3 Lleve un registro mental de lo que lo enoja: Parte del autoconocimiento es tener claridad sobre las situaciones que provocan enojo o mucha ira. Si tiene claridad sobre esto, sabrá cómo reaccionar de mejor forma al enfrentar una situación similar a futuro.
4 Realice ejercicios: Los momentos de mucho enojo pueden aprovecharse positivamente recurriendo al deporte. Algunas personas cuando están enojadas salen a practicar ejercicios para sentirse mejor. La liberación de endorfinas y la distracción de la actividad, permitirá visualizar todo con mayor claridad y desde otra perspectiva.
5 Use el humor para aliviar la tensión: El sentido del humor no es sinónimo de mirar con superficialidad los problemas, sino asegura los expertos que es un método eficaz para aceptar con naturalidad lo que ocurre.
6 Hable con un amigo comprensivo: Sin ataduras ni remordimientos comparta y exprese sus propias frustraciones, esto puede ayudar a desactivar la ira. Sin embargo, es importante tener claro que nadie puede ayudar a cambiar las emociones de otro. Ese es un trabajo íntimo y personal.