VIDA MODERNA
Nivel bajo de hemoglobina en la sangre: estos son los síntomas y causas
Esta manifestación también es característica de las mujeres con menstruaciones abundantes, de personas con anemia o embarazadas.
Dormir más de ocho horas al día puede ser un síntoma de tener la hemoglobina baja, lo que significa que la persona puede estar padeciendo de anemia, una deficiencia de vitaminas del complejo B, B6 y B12, o de hierro en la sangre.
Cuando se manifiesta hay que acudir al médico, quien manda a realizar una rutina de exámenes de sangre para descartar que esté relacionado con alguna enfermedad crónica, como la artritis reumatoide, problemas renales o de la médula ósea, que afecta a la producción de glóbulos rojos.
De acuerdo con la explicación de los especialistas, la hemoglobina es una proteína de los glóbulos rojos que transporta el oxígeno por todo el cuerpo. Se dice que una persona tiene los niveles bajos cuando el valor es menos de 13,5 gramos de hemoglobina por decilitro (135 gramos por litro), en el caso de los hombres, y en las mujeres es cuando la tienen menos de 12 gramos por decilitro (120 gramos por litro).
Según indica la revista Mayo Clinic, un recuento de hemoglobina baja no siempre es signo de enfermedad, sino que puede ser normal para algunas personas. Esta manifestación también es característica de las mujeres con menstruaciones abundantes, o en embarazadas, debido a que el feto absorbe los nutrientes de hierro de la madre.
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Los casos en que mayor cuidado se debe tener es cuando los niveles bajan abruptamente, ya que pudiera estar asociado a enfermedades o a ciertos padecimientos. Esto puede ocurrir porque el cuerpo produce menos glóbulos rojos de lo habitual, el organismo destruye los glóbulos rojos más rápido de lo que los puede producir o se tiene pérdida de sangre.
Aseguran los especialistas que entre los principales síntomas que puede desencadenar una deficiencia de esta proteína en la sangre se encuentran: agotamiento, debilidad, palidez en la piel, dificultad respiratoria y taquicardia.
Mantener constantemente la hemoglobina baja puede ocasionar problemas como hipotirodismo o hipogonadismo, además de empeorar los efectos de otras patologías existentes, como es el caso de la enfermedad pulmonar obstructiva crónica y las várices.
Esta misma web especializada en temas de salud explica que existen varias enfermedades que ocasionan que el cuerpo produzca menos glóbulos rojos de lo normal. Una de ellas es la anemia aplásica, una afección que ocurre cuando el cuerpo deja de producir la cantidad necesaria de células sanguíneas nuevas. En la persona hace que sienta fatiga y hace que sea propenso a infecciones y sangrados descontrolados.
El cáncer es otra de las enfermedades que ocasiona un descenso de la hemoglobina. Esta patología se caracteriza por el desarrollo de células anormales que se dividen sin control y tienen la capacidad de infiltrarse y destruir el tejido corporal normal, afirman médicos oncólogos.
Ciertos medicamentos, como los antirretrovirales para la infección por Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH) y los fármacos de quimioterapia contra el cáncer y otras afecciones también influyen en los niveles de la hemoglobina.
La anemia por deficiencia de hierro se debe a la falta de este componente en la sangre. Y según ejemplifican los especialistas de Mayo Clinic, sin el hierro necesario, el organismo no puede producir una cantidad suficiente de hemoglobina. En consecuencia, la persona se siente cansada y con dificultad para respirar. Este tipo de anemia se puede corregir con suplementos de hierro.
De acuerdo con la misma publicación, algunas de las enfermedades y afecciones que hacen que el organismo destruya los glóbulos rojos más rápido de lo que los puede producir son las siguientes: bazo dilatado, memólisis, porfiria, anemia de células falciformes, o talasemia, un trastorno sanguíneo hereditario que hace que la persona tenga menos hemoglobina de lo normal.
Entre otros factores, un recuento bajo de hemoglobina también lo ocasiona la pérdida de sangre, asociada a los siguientes motivos:
- Sangrado en el tracto digestivo, por ejemplo, de úlceras, cánceres o hemorroides.
- La donación frecuente de sangre.
- Sangrado menstrual abundante.