En lo momentos más fuertes de su anorexia, Zhang Qinwen pesaba 28 kilos, se le caía el cabello, apenas podía caminar y tenía problemas de visión. Estuvo al borde de la muerte.
En lo momentos más fuertes de su anorexia, Zhang Qinwen pesaba 28 kilos, se le caía el cabello, apenas podía caminar y tenía problemas de visión. Estuvo al borde de la muerte. | Foto: AFP

Salud

“Nunca lo suficientemente perfecta”: los trastornos alimentarios crecen en China

El aumento del nivel de vida condujo a “una obsesión por la pérdida de peso”, subrayó recientemente la televisión pública en inglés CGTN.

29 de junio de 2021

En lo momentos más fuertes de su anorexia, Zhang Qinwen pesaba 28 kilos, se le caía el cabello, apenas podía caminar y tenía problemas de visión. Estuvo al borde de la muerte.

“Sabía que estaba muy enferma. Pero no me atrevía a ir al médico”, cuenta a la AFP la joven de 23 años.

El reconocimiento de los trastornos alimentarios, en ocasiones considerados en China como un fenómeno que llega del exterior, es reciente, por lo que faltan estructuras para atender a los afectados.

Ella espera lograr que la gente tome conciencia, por medio de una exposición en Shanghái en la que se ven cuadros de una adolescente llorando, cajas de medicamentos tiradas en el suelo o la palabra “KILL” (“MATAR”) proyectada en una pared blanca.

“Entrado en carnes”

Una clínica de Shanghái especializada en patologías mentales afirma haber tratado 591 casos en 2018, contra tres en 2002.

Lo mismo ha sucedido en un hospital de Pekín, citado por el diario China Daily: de 2002 a 2012 el número de pacientes pasó de unos 20 a más de 180, lo que hizo que se abriera un servicio dedicado a estos trastornos.

“Cuando mis padres eran jóvenes, estar entrado en carnes era una forma de demostrar que se venía de una familia pudiente”, explica Xie Feitong, una estudiante de 21 años que visita la exposición.

En las últimas décadas todo ha cambiado: el aumento del nivel de vida condujo a “una obsesión por la pérdida de peso”, subrayó recientemente la televisión pública en inglés CGTN.

Zhang Qinwen presenta una exposición en el Himalaya Museum, de Shanghai, que se complementa con actividades como esta parodia de una boda, en la cual las jóvenes aceptan su cuerpo.
Zhang Qinwen presenta una exposición en el Himalaya Museum, de Shanghai, que se complementa con actividades como esta parodia de una boda, en la cual las jóvenes aceptan su cuerpo. | Foto: AFP

Internet, sobre todo con las redes sociales, contribuye en China como en otros lugares a la difusión de una imagen estereotipada de la mujer “ideal” con el cuerpo delgado, lo que puede acomplejar a muchos internautas.

Las chicas compiten en fotos en la red para ver cuál está más delgada y esto puede hacer que odien su cuerpo.

La influencia del #MeToo -

La exposición de Shanghái aspira a responder a estos estereotipos, por ejemplo mediante una parodia de boda de mujeres jóvenes que celebran la aceptación de sus cuerpos.

“Siempre creímos que teníamos un cuerpo lleno de defectos”, explica Zhang Qinwen, con el velo de novia.

“Con esta boda ficticia que celebramos hoy queremos demostrar que realmente nos amamos tal como somos”, comentó.

Muchas de las chicas que visitan la exposición se sienten identificadas con Zhang Qinwen, con su extrema pérdida de peso, su angustia y su aislamiento.

Algunas cuentan a la AFP que sus compañeros se burlaron de ellas o las acosaron por no ser lo bastante delgadas, blancas o guapas.

La anorexia no es nueva en China, pero los medios de comunicación hablan del problema desde hace uno o dos años.

Según Xie Feitong, es el movimiento global #MeToo el que ha empujado a las mujeres a hablar más sobre estos temas y ha permitido contrarrestar los cánones tradicionales de la belleza.

“Tengo la piel oscura y estoy regordeta. En fin, lo opuesto al ideal que exige tener la tez clara, ser joven y delgada”, resume la estudiante, que sufrió anorexia a los 13 años, seguida de un período de hospitalización.

“Durante mi convalecencia me di cuenta de que tener hermosos colores, un cuerpo robusto y un corazón fuerte es en realidad lo más importante”.

Por Peter Stebbings y Lan Lianchao

© Agence France-Presse