SALUD
Plátano verde: cómo consumirlo para prevenir la gastritis y enfermedades intestinales
Esta fruta puede ser un complemento eficaz para los tratamientos convencionales, ya que contiene componentes que ayudan a la cicatrización de los tejidos.
Los plátanos son considerados un alimento muy completo que que brindan gran aporte al cuerpo humano, pues contienen, entre otros componentes, fibra, vitamina (A, C, B6), minerales como potasio, fósforo, magnesio y zinc, además de antioxidantes.
No obstante, los plátanos verdes tienen unas características particulares como, por ejemplo, que son una extraordinaria opción para controlar los niveles de azúcar ya que contienen un menor porcentaje que los plátanos maduros. También disminuye su aporte en almidón, que a medida que va madurando normalmente se convierte en sacarosa, glucosa y fructosa.
Por otro lado, esta fruta ha sido probada como un gran producto para prevenir y tratar la gastritis y las úlceras que se generan en el aparato digestivo. Estudios y publicaciones de entidades como la Federación Española de Nutrición han confirmado el poder del plátano verde en el tratamiento natural de algunas enfermedades gástricas.
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Por otra parte, una investigación publicada en el Indian Journal of Pharmacology, se indican las propiedades curativas que tiene esta fruta.
Los científicos llegaron a la conclusión de que el plátano verde se convierte en un remedio muy efectivo y potente para aliviar las úlceras, cuando se consume en polvo. Esto es posible mediante un sencillo proceso en el cual se corta el fruto en tajadas muy delgadas, se seca durante unos días, para luego molerlo. Una vez obtenido el polvo, se mezcla con agua tibia y se consume tres veces al día.
Tratamiento intestinal
Sin embargo, para lograr este objetivo es importante prepararlo de manera adecuada y evitar comerlos fritos, pues la grasa utilizada terminará por anular todos los efectos positivos que puedan tener. La clave para obtener un mejor resultado está en comerlos hervidos y sazonados con un poco de sal y aceite de oliva es la opción más recomendable.
También es recomendable incluirlos en la dieta si la persona acaba de terminar un tratamiento basado en antibióticos que hayan podido debilitar la flora intestinal. De igual forma son de gran ayuda en caso de enfermedades intestinales como la colitis.
Pero como si esto fuera poco, los plátanos verdes también tienen propiedades para mejorar y regular el ritmo cardíaco. Gracias a su alto contenido de potasio, comer plátanos verdes ayuda a que el corazón tenga un ritmo cardíaco normal.
Esto obedece a que este nutriente ayuda al cuerpo a regular la presión arterial, por lo que protege el corazón de los posibles daños que podrían causar las arritmias.
Mejora las defensas
Al igual que el ajo, los plátanos verdes son grandes portadores de vitamina B6. Esta es necesaria para que el sistema inmune pueda funcionar de manera adecuada, especialmente en personas mayores. Muchas enfermedades que vienen con los años suelen causar inflamación que degenera el triptófano, por lo que el cuerpo necesita una cantidad mayor de vitamina B6 para estar bien.
Debido a que la vitamina B6 es hidrosoluble, es recomendable cocinarlos al vapor para que conserven la mayor cantidad posible.
Adicionalmente, ayuda a controlar la hipertensión. El potasio es importante para regular las arterias y ayuda en el proceso de contracción de los músculos, lo cual es muy importante tratándose del corazón. Cuando se sufre de hipertensión, lo más recomendable es que se aumente la ingesta de potasio, magnesio y calcio, elementos que contienen los plátanos verdes.
Por otro lado, un plátano verde de aproximadamente 200 gramos puede aportar hasta 5 gramos de proteína por lo que es una excelente opción para reducir los niveles de colesterol altos.
Importante tener en cuenta...
Aunque se trata de una fruta que ofrece múltiples beneficios a la salud, también es importante tener claro que es un producto que se debe evitar cuando las personas sufren de problemas de insuficiencia hepática o renal.
Esto se debe particularmente a que, cuando los riñones están dañados, el exceso de potasio no puede eliminarse de manera correcta a tiempo. Esto hace que los niveles de este mineral se eleven y se aumente el riesgo de sufrir hiperpotasemia.