Tics nerviosos: estos son los síntomas, causas y tratamiento

Los tics son reconocidos como todos aquellos movimientos corporales involuntarios que aparecen como consecuencia de una contracción nerviosa.

Se trata de afecciones parecidas a los espasmos, aunque también pueden ser sonidos repentinos incontrolables y aparecer incluso cuando la persona está en reposo. Normalmente, mejoran luego del descanso nocturno y empeoran en situación de estrés, falta de sueño o fatiga.

Sin embargo, no se debe confundir el tic con la distonía y la mioclonía. Si bien todos ellos podrían incluirse dentro de los trastornos del movimiento debidos a una alteración en una estructura cerebral llamada ganglios basales, existen unas peculiaridades que los diferencian entre sí.

Según el portal Saludmapfre.es, la primera son contracciones musculares mantenidas (no breves) y simultáneas de diferentes músculos que ocasionan posturas anómalas en brazo, cuello y cara; mientras que la segunda se evidencia en movimientos involuntarios, breves, bruscos y repentinos, a modo de sacudida o sobresalto.

Habitualmente, los tics nerviosos se dan por primera vez en la etapa infantil, sobre todo alrededor de los cinco años, siendo además más frecuentes en hombres que en mujeres. En la mayoría de los casos los tics se mantienen de manera limitada en el tiempo, atenuándose y desapareciendo con el paso del tiempo. No obstante en algunos casos pueden llegar a convertirse en un trastorno crónico, según indica el portal Sicologíaymente.com.

Todas aquellas personas que sufren algún tipo de tic nervioso suelen referir un alto grado de angustia y molestia en relación con los mismos, debido tanto a que tiende a llamar la atención en aquellos que le rodean como a que no resulta agradable experimentar movimientos bruscos en los momentos más inoportunos.

Lo complejo es que esta angustia puede derivar en sensaciones de ansiedad y estrés las cuales pueden llegar a empeorar aún más la situación, ya que a más ansiedad más posibilidad hay de que aparezcan los tics nerviosos.

En muchas ocasiones son manejables, pero el problema se complica cuando estos movimientos involuntarios se multiplican, se hacen más visibles y se vuelven crónicos, afectando de un modo determinante la calidad de vida de quien los sufre.

Enfermedad de Tourette

Cuando esto sucede es clave consultar con un especialista (neurólogo) con el fin de que evalúe la posibilidad de que se trata de la enfermedad de Tourette, popularmente conocida como la “enfermedad de los tics”, que se caracteriza por la presencia de varios tics, se inicia entre los 4 y 13 años de edad y tiene un componente genético, ya que siempre hay antecedentes familiares, según Sanitas.es.

Para un diagnóstico de esta enfermedad deben presentarse varios tics (motores y vocales), ser muy frecuentes y estar presentes durante al menos un año, además de afectar significativamente la vida del paciente. Como si esto fuera poco, puede agregarse otra sintomatología en la que destacan el déficit de atención, hiperactividad y trastornos obsesivo-compulsivos.

Esto, según los especialistas, obedece a que existe una alteración significativa en el funcionamiento de las estructuras cerebrales, especialmente los mecanismos de liberación y recaptación de dopamina, de manera que hay una presencia excesiva en el organismo de este neurotransmisor. La dopamina es una sustancia considerada como la causante de sensaciones placenteras y la sensación de relajación

Tipos de tics

Los tics nerviosos pueden ser motores o vocales. Los primeros son similares a espasmos como, por ejemplo, pestañear mucho, elevar los hombros, girar la cabeza, tocarse la nariz y hacer muecas, mientras los segundos, se refieren a ruidos y sonidos que produce la persona como carraspear o toser sin necesidad.

El tratamiento para un quitar un tic nervioso dependerá del tipo de tic, frecuencia y consecuencias para la persona afectada, indica el portal de Salud de Mapfre.

Si se trata de un tic motor discreto e infrecuente (sin ninguna otra alteración) es muy probable que no se requiera ningún tratamiento.

En caso de tics motores complejos o vocales se debe actuar médicamente para atenuar los síntomas mediante la práctica de terapias.

Cuando el tic se asocia a otras patologías como el Trastorno por déficit de atención (TDH) o un Trastorno obsesivo compulsivo (TOC), el tratamiento es diferente debiendo intervenir un psiquiatra, neurólogo, médico de familia y psicólogo.

Es claro que el estrés y la ansiedad pueden hacer que los tics empeoren, por eso el adecuado manejo de estas afecciones ayudará a mejorar la condición de los tics. El cansancio es otro factor de influencia, así como también lo es el hecho de ser conscientes del tic y la preocupación de que otros lo noten.