Salud
Tratamiento de plasma convaleciente con altos niveles de anticuerpos disminuiría riesgo de muerte de pacientes con covid-19
Personas enfermas con el virus, que no estén recibiendo ventilación mecánica, podrían ver beneficios y reducir su riesgo de muerte con la transfusión de plasma.
El tratamiento con plasma convaleciente hace referencia a una sustancia presente en la sangre de pacientes que han sufrido coronavirus y que cuando se recuperan donan su sangre. Durante 2020 se probó como tratamiento en algunos países, puesto que se presume que el plasma contiene anticuerpos terapéuticos que podrían ayudar a los pacientes.
El tratamiento con plasma es prometedor, aunque todavía no está completamente comprobada su eficacia, puesto que los estudios iniciales se hicieron en pacientes hospitalizados con síntomas entre moderados y graves, por lo que los resultados no fueron nada esperanzadores.
La buena noticia es que no han surgido alarmas de seguridad más allá de las obvias en la medicina al hacer transfusiones, ni tampoco ha habido evidencia de un aumento en la gravedad del coronavirus por la dependencia de anticuerpos. Sin embargo, todavía es difícil llegar a conclusiones al respecto.
No obstante, la prestigiosa revista científica The New England Journal of Medicine (NEJM) publicó un estudio conducido por varios expertos en Estados Unidos que, tomando datos de todo el país, llegaron a la conclusión de que entre pacientes hospitalizados por covid-19 que no recibían ventilación mecánica, la transfusión de plasma con niveles de anticuerpos contra el SARS-CoV-2 más altos, estuvo asociada a un menor riesgo de muerte que la transfusión del plasma con menor nivel de anticuerpos.
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Continued evidence promoting early use of high titer plasma for treatment of COVID-19 in @NEJM. Data collected by our group in the EAP. The greatest challenge but overall greatest pleasure of my early career to help out wherever possible on this effort.https://t.co/7ZXVIVkoOz
— Chad Wiggins, Ph.D. (@cwiggs5) January 13, 2021
Entre los 3.082 pacientes incluidos en el análisis, la muerte entre los 30 días posteriores al uso del plasma ocurrió en 115 de 515 pacientes (22.3%) en los que recibieron uno con mayor nivel de anticuerpos; 549 de 2006 (27.4 %) que recibieron plasma con nivel medio y 166 de 561 (29,6 %) en los que se usó plasma con la menor cantidad de anticuerpos.
Lo que encontraron, entonces, es que entre los que recibieron el plasma con mayor cantidad de anticuerpos, mostró un menor riesgo de muerte en los siguientes 30 días del tratamiento, que a los que se les suministró el de baja concentración. Específicamente, entre los que antes de la transfusión no estaban recibiendo ayuda de un ventilador, pues entre los que sí estaban graves y conectados no hubo ningún efecto sobre el riesgo de muerte.
Además, quienes recibieron el diagnóstico de la enfermedad y en los siguientes tres días se sometieron al tratamiento, también mostraron una reducción en el riesgo de muerte que los que lo hicieron más adelante. Por el contrario, quienes ingresan a una UCI y reciben ventilación mecánica suelen estar en una etapa más avanzada de la enfermedad.
Aunque la edad de los pacientes no fue el foco principal de estos análisis, los expertos estiman que es la variable más importante para predecir el riesgo de muerte dentro de los 30 días posteriores a la transfusión de plasma.
¿Qué es el plasma?
La terapia con plasma es una de las más antiguas en la historia de la medicina. Su historia se remonta a finales del siglo XX, cuando Emil Adolf von Behring, un médico alemán que ganó el primer Premio Nobel en Fisiología y Medicina, desarrolló una cura para una de las epidemias de su tiempo: la difteria. Sus experimentos se centraron en inyectar a pacientes enfermos los anticuerpos que se extraían de otras personas o de animales que se habían recuperado de la enfermedad.
El método fue tan exitoso que se utilizó contra otras epidemias, como la de la gripa española de 1918, el sarampión y el ébola.
Sin embargo, hay que tener claro que el plasma y la sangre no son una misma cosa. El plasma hace parte de la sangre y es un líquido de color amarillo claro constituido por un 95 por ciento de agua que sirve como el mecanismo de transporte por donde se mueven los glóbulos rojos, los glóbulos blancos, las plaquetas, los nutrientes, las proteínas y otros componentes para que cumplan su función específica en el cuerpo. “Este líquido posee diferentes minerales y proteínas, entre ellas las inmunoglobulinas, que son los anticuerpos que nos protegen de diversas infecciones”, indicaba un comunicado del Instituto Distrital de Ciencias, Biotecnología e Innovación en Salud (IDCBIS). “Los anticuerpos son los encargados de neutralizar o combatir sustancias extrañas para el cuerpo como bacterias, virus o toxinas”.