SALUD
Varicela: estos son los síntomas y causas
Esta infección se propaga de forma similar a un resfriado o gripa, pero también a través del contacto directo.
La varicela es una infección bastante contagiosa causada por el virus varicela-zóster, un tipo de herpes, que puede desarrollarse en todo el cuerpo y permanecer durante una o dos semanas.
Se presenta como una erupción parecida a una ampolla que primero aparece en la cara y en el tronco y, luego, se extiende al resto del cuerpo y aunque no pone en riesgo la vida del paciente, en ocasiones puede generar complicaciones. Se trata de una infección que se propaga de forma muy similar a los resfriados y a la gripe.
Se transmite directamente de persona en persona al tocar las ampollas de alguien infectado o a través de su saliva o flujos nasales. El virus también se puede transmitir a través del aire al toser o estornudar o indirectamente al tocar objetos contaminados que han estado en contacto reciente con la persona infectada, como es el caso de las prendas de vestir, indica el portal health.ny.gov.
El síntoma más característico de la varicela es el sarpullido y, antes de que este aparezca, la persona puede experimentar malestar general, fiebre —que normalmente es mayor en los adultos que en los niños—, dolor en los músculos, pérdida de apetito y, en algunos casos, sensación de náuseas.
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La gravedad de este padecimiento, según Medical News Today, varía desde unos pocos granos hasta un sarpullido que cubre todo el cuerpo.
Los granos, según los especialistas, se desarrollan en forma de racimo y generalmente aparecen en la cara, extremidades, pecho y la zona del estómago. Tienden a ser pequeños, rojos y con picazón. Luego de esto pueden aparecer ampollas que normalmente se desarrollan en la parte superior de los granos y causan comezón.
Unas 48 horas luego de aparecer, las ampollas se oscurecen y empiezan a secarse generando costras que desaparecen por sí solas, normalmente como a los 10 días.
Este virus puede generar señales de alerta cuando se presentan otros síntomas y es conveniente acudir al médico. Por ejemplo, si la piel que rodea a los granos o a las ampollas se vuelve dolorosa y rojiza o si tiene dificultades para respirar.
Tratamiento
Normalmente, la varicela se supera tras una o dos semanas sin tratamiento. No existe ninguna cura, pero se puede prevenir con una vacuna.
Por otro lado, cuando las personas presentan granos en la boca, los helados sin azúcar ayudan a refrescar. Las comidas saladas o picantes deberían evitarse para no tener mayores molestias. Si el paciente sufre dolor al masticar, la sopa podría ser una buena opción, pero lo recomendable es no consumirla caliente.
La mayoría de las personas que tienen varicela presentan comezón, pero es importante no rascarse para reducir el riesgo de que aparezcan cicatrices. Para ello, los especialistas recomiendan mantener las uñas limpias y lo más cortas posibles, colocar guantes en las manos de los niños cuando se van a dormir y aplicar lociones calmantes.
Complicaciones
Los adultos son más susceptibles que los niños a enfrentar complicaciones producto de la varicela pero, aún así, es muy raro que aparezcan. Si las ampollas se infectan con bacterias, el riesgo de sufrir complicaciones es mayor.
De acuerdo con los expertos, las mujeres embarazadas, los recién nacidos y los niños de hasta 4 semanas, así como las personas con un sistema inmunológico debilitado, enfrentan mayores riesgos.
Si la piel que rodea a los granos y las ampollas se vuelve rojiza, sensible e irritada, es posible que estén infectados. Algunas personas con varicela pueden desarrollar neumonía y también se puede producir una inflamación en el cerebro, por lo que se requiere estar muy atento a la evolución del brote y las ampollas con el fin de reaccionar a tiempo en caso de que sea necesario.
También se pueden presentar complicaciones si la persona está embarazada, pues además de que existe un pequeño riesgo de desarrollar neumonía, también hay el peligro de transmitir la infección al feto.
Si la infección se produce durante las primeras 20 semanas de embarazo, habrá un alto riesgo de que se produzca el síndrome de varicela fetal, lo que puede provocar la formación de cicatrices, problemas oculares, drenaje cerebral y acortamiento de brazos o piernas.
Si la infección se desarrolla en la etapa final del embarazo, la varicela podría transmitirse directamente al feto y el niño puede nacer directamente con la enfermedad.
Según la Clínica de Mayo, la vacuna contra la varicela es la mejor manera de prevenir esta enfermedad. Los expertos de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades calculan que la vacuna provee una protección completa contra el virus para casi el 98 % de las personas que se aplican las dos dosis recomendadas. Cuando la vacuna no proporciona una protección completa, reduce significativamente la gravedad de la enfermedad.